En un momento en el que en España ha resurgido con fuerza el debate sobre la necesidad de reformar el modelo autonómico y local mediante la devolución de competencias regionales y la supresión de todo tipo de organismos públicos e incluso ayuntamientos, Alemania se sitúa, una vez más, a la vanguardia de la reestructuración administrativa.
Aunque el debate ha existido desde siempre, hasta ahora, con la excepción de la fusión de Baden-Württemberg, en 1952, los intentos de fusión entre Länder (las autonomías alemanas) no han salido adelante. Sin embargo, la obligación de que las regiones dejen de emitir nueva deuda en 2020 ha vuelto a poner el tema sobre la mesa. Expertos financieros avisan de que algunos estados, los más débiles económicamente, podrán "poner en riesgo su independencia" si no consiguen contener el déficit hasta esa fecha. Entre los que tendrían más dificultades para cumplir están Nordrhein-Westfalia, Hessen, Saarland, Hamburg y Berlín.
Está prevista la creación de una comisión sobre las medidas financieras exigidas por el Gobierno federal, y ése sería el escenario donde podría debatirse una hipotética fusión de Länder. Se habla de la posibilidad de que, finalmente, queden nueve de los 16 territorios existentes a finales de la presente década, con la fusión de Hamburg, Schleswig-Holstein y Mecklenburg-Pomerania para crear un "Estado del Norte"; la unión de Saarland y Rheiland-Pfalz; de Bremen con Niedersachsen; de Berlín con Brandenburgo y, por último, en el este, de Sachsen-Anhalt, Thüringen y Sachsen.
Los expertos hablan de un "enorme potencial de ahorro". Según los cálculos del Gobierno federal, las fusiones conllevarían un ahorro próximo al diez por ciento del personal administrativo y la unión de Hamburgo y Schleswig-Holstein, por poner un ejemplo concreto, podría ahorrar entre el 0,5 y el 4% del PIB. Sin embargo, hay dudas entre algunos de los estados. Entre los más fuertes, hay reticencias a fusionarse con regiones más endeudadas. Además, entre la población tampoco hay acuerdo: en 1996 se votó sobre la posible fusión de Berlín y Brandenburgo y la mayoría de habitantes de este estado lo rechazaron.
Por último, entre los políticos, la posibilidad de fusiones no se descarta, aunque se ve lejana. El presidente de Mecklenburg-Pomerania dice que el objetivo es que las regiones subsistan "por sus propios medios", así como aumentar la "cooperación" entre estados sin llegar a la fusión. Por el contrario, el presidente de Sachsen-Anhalt admite que una fusión "tendría todo el sentido", pero no ve realista plantearlo ahora mismo. Opina que los 16 estados tendrían que estar de acuerdo y que no puede ser un tema que se debata tan sólo en los estados más débiles.