El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, considera que la reforma energética aprobada por el Gobierno evita la "quiebra" del sistema eléctrico y resuelve la "maraña legislativa a la carta" en torno a la cual se formó en los últimos años un "puzzle normativo imposible de cumplir".
Durante su participación en unas jornadas sobre el sector eléctrico organizadas por Unidad Editorial, Soria indicó que, "de no hacerse nada", los costes regulados habrían alcanzado 30.000 millones de euros en 2020, mientras que los ingresos se situarían en 20.000 millones, lo que generaría un déficit de tarifa de 10.000 millones.
"Habiendo terminado el Fade (Fondo para la Titulización de la Deuda Eléctrica), se produciría la quiebra del sector", sostuvo el ministro para defender la necesidad de actuar y adoptar medidas como las anunciadas, que calificó de "necesarias" pese a la "incomodidad" que generan en un sector "con gran capacidad de persuasión en el conjunto de las administraciones públicas".
Soria también consideró que el déficit de tarifa es "uno de los problemas más serios del sistema eléctrico y de la economía española", y citó entre los objetivos de la reforma la necesidad de acabar con la complejidad de una "maraña" de normas "a la carta".
Desde la aprobación de la Ley del Sector Eléctrico de 1997 "ha proliferado una maraña legislativa a la carta en muchas ocasiones que, en perspectiva, se ha convertido en un puzzle normativo simplemente imposible de cumplir", afirmó.
El ministro repasó además el incremento registrado por cada una de las partidas de costes regulados, entre ellos el de "más del 400%" en el régimen especial, y las desviaciones en las previsiones para un sistema eléctrico al que se quería adaptar a una economía que no creció tanto como lo esperado. La distribución se ha encarecido en un 67% y el transporte, en un 91%.
Al aludir al aumento de costes del sistema, citó el problema de la sobrecapacidad en la matriz de generación y cifró en 1,1 veces la relación ideal entre los megavatios instalados y la potencia consumida, frente al 1,7 actual.
En su discurso, indicó además en varias ocasiones que las medidas adoptadas por el Gobierno el pasado 12 de julio, que incluyen un recorte de 2.700 millones a las empresas y subidas del 3,2% de la luz, son "difíciles de asumir", pero "necesarias". "Sabíamos que no nos iban a generar amigos", dijo.
El objetivo de la reforma energética, explicó, es "dotar de estabilidad al sistema eléctrico", así como de "certidumbre" y de la "sostenibilidad" suficiente para evitar que en el futuro vuelva a generarse déficit de tarifa.
"La alternativa era no tomar las medidas, y ese era el único escenario no contemplado por el Gobierno", afirmó, antes de asegurar que el Ejecutivo ha intentado equilibrar la solución. "Hay quien opina que todo el desajuste tiene que ir al régimen especial. Otros piensan que tiene que ir a las tecnologías del régimen especial y otros al precio del consumidor", señaló.