Dijo André Gidé que el futuro es para los innovadores. Ante el panorama económico que afronta Occidente, parece casi unánime que la solución pasa por emprender e innovar. Como escribía Thomas Friedman en el New York Times, el mantra actual es: si no encuentras trabajo, crea uno.
Si hablamos de innovación en nuestros días, tenemos que mirar hacia Oriente Medio, a un país que con una extensión de 22.145 kilómetros cuadrados –Galicia, por ejemplo, tiene 29.574–, rodeado de vecinos poco amables y sin recursos naturales, que tiene más empresas cotizando en el Nasdaq que Europa y es el líder mundial en inversión en capital riesgo per cápita y en I+D. Israel.
Y así está haciendo también España: observando e intentando aprender de Israel. Tanto desde el sector privado como desde el sector público.
En el terreno privado, en mayo del pasado año directivos de Wayra, la aceleradora de start-ups de Telefónica, y de la IE Business School, entre ellos Juan José Güemes, estuvieron en Tel Aviv para descubrir de qué se trata el llamado milagro económico israelí y cómo poder importarlo a España. Gary Stewart, director de Wayra, declaró:
Para muchos emprendedores europeos, Israel es como el Disneylandia del emprendimiento, y es mucho más asequible que Silicon Valley.
Posteriormente, en septiembre, una delegación de la Asociación Española de Entidades de Capital-Riesgo (Ascri) asistió al congreso High Tech HTIA 2012 en Jerusalén para captar ideas y fondos. En declaraciones de un miembro de la delegación:
Es otro nivel. Están a muchos años de nosotros en inversiones tecnológicas.
El pasado mes de junio, bajo la organización de Start Tau, el centro de emprendedores de la Universidad de Tel Aviv y del Jewish Business Club de España, empresarios españoles estuvieron cinco días recorriendo Israel, visitando ciudades como Tel Aviv – según el medio especializado Tech Crunch, ocupa el segundo lugar en el ranking de ecosistemas de start-ups, sólo por detrás de Silicon Valley–, Jerusalén, Haifa, Yoqneam y Nazaret, en busca de aceleradoras, de capital riesgo (venture capital), empresas tecnológicas, centros de emprendimiento e innovación, sesiones de networking y conferencias, como la del autor del famoso libro Start-Up Nation, Saul Singer. El empresario madrileño Ilan Leiferman afirmó:
Es impresionante lo que ha conseguido este país en escasos 20 años. Ha pasado de exportar naranjas a ser la cuna de las start-ups más exitosas del mundo.
Desde el terreno público, el político español que más entusiásticamente ha abrazado el modelo de emprendimiento e innovación israelí ha sido José Antonio Monago, presidente de Extremadura. En abril hizo de anfitrión en el Foro de Innovación y Crecimiento España-Israel, donde afirmó:
Israel es el modelo que más se asemeja al que soñamos en Extremadura.
En junio el presidente extremeño fue en viaje oficial a Israel, se entrevistó con el presidente Peres y visitó la tumba de Ben Gurión, al que consideró un visionario, y en declaraciones posteriores dijo que Israel es un ejemplo a seguir en innovación y esfuerzo.
El pasado fin de semana, una nueva legación, dirigida por el ICEX y capitaneada por el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, visitó Israel junto con 50 empresarios españoles de los sectores tecnológico y de la construcción. Una visita que se encuadraba en la línea de la visita que realizó a Israel el pasado diciembre la ministra de fomento, Ana Pastor, con el objetivo de lograr contratos para construir una línea de AVE desde Tel Aviv a Eilat –un proyecto valorado en unos 3.000 millones de euros– y para las obras de ampliación del puerto de Ashdod.
Al albor de la publicación del mentado libro Start-Up Nation, Israel ha ido saliendo del estereotipo y ocupando el lugar que tanto ha costado conseguir a sus ciudadanos. Como afirmó Warren Buffet: "Israel es una nación de emprendedores con maravillosas habilidades". Es cierto que Israel tiene peculiaridades que han favorecido que se convierta en un hub único para el emprendimiento y la innovación. Sin embargo, muchas claves de su éxito son exportables a otros países, y sobre todo a España, que sufre una crisis tremenda y necesita nuevos modelos de crecimiento.
España, pues, está mirando a Israel en los terrenos del comercio, la innovación y el emprendimiento, y de este acercamiento sólo surgirán beneficios y ventajas.