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La Universidad española es una de las menos rentables del mundo

Las ganancias económicas que la sociedad y los estudiantes pueden esperar de una titulación superior son mucho más bajas que en otros países.

La universidad española no es rentable. Al menos no tanto como otros países ricos. Los beneficios económicos que la sociedad (y los estudiantes) pueden esperar de una titulación superior son mucho más bajos que en el resto de la UE o EEUU. No es una cuestión de coste o de cifras: lo que España gasta en la media y el número de licenciados no es inferior al de sus vecinos. El problema es de aprovechamiento.

Según el informe de la OCDE Panorama de la Educación presentado hace unos días en Madrid, los beneficios privados netos de estudiar una carrera alcanzan los 118.157 dólares (90.890 euros) en el caso de los hombres y 158.234 dólares para las mujeres. Por otro lado, los beneficios públicos son de 27.605 dólares por cada hombre titulado y de 41.805 por cada mujer.

¿Qué significan estas cifras? En el caso de los beneficios privados, se supone que indican las ganancias que obtiene un licenciado respecto a un titulado en educación secundaria superior (bachillerato o FP equivalente):

  • Normalmente, un licenciado gana más por las opciones que le abre su título: unos 190.000 dólares a lo largo de su carrera (tomamos las cifras para los hombres).
  • También tiene menos posibilidades de acabar en el paro: lo que le reporta unos 40.000 dólares extra.
  • A cambio, tiene que hacer frente al coste no subvencionado de la carrera: unos 10.000 dólares.
  • También pierde algo de dinero porque entra más tarde al mercado laboral (a los 23-24 años en vez de a los 18-20). Esa inactividad voluntaria le supone unos 32.000 dólares.
  • Además, debe pagar más impuestos y contribuciones sociales: algo más de 68.000 dólares.

En total, como vemos, un titulado superior obtiene a lo largo de su vida laboral algo menos de 120.000 dólares de beneficios respecto a un bachiller. En concreto son esos 118.157 dólares de los que hablábamos antes, con una tasa interna de retorno del 10,2%. Parece una cifra interesante, pero la cosa cambia si se compara con la media de la OCDE: 162.718 dólares y la rentabilidad del 13%.

Rentabilidad pública

Pero no acaba aquí el análisis del informe. Los autores también calcularon la rentabilidad "social". Hay que advertir que no es fácil hacer esta cuenta y hay que coger las cifras con precaución. En este sentido, más que los valores absolutos, importa la comparación y la foto de España dentro del grupo de los países más ricos.

De acuerdo a la OCDE, los beneficios públicos de la educación superior son de 27.605 dólares en el caso de los hombres y 41.805 en el de las mujeres. Implican rentabilidades internas medias del 5,3% y el 6,5%.

En el caso de los varones, calculan que, desde el punto de vista de la sociedad, se gana unos 60.000 dólares por los incrementos en la recaudación de impuestos y unos 8.000 dólares por los subsidios de desempleo que no se pagan. A cambio, la carrera a un universitario le cuesta al erario público algo más de 40.000 dólares.

Lo más significativo es la diferencia con otros países. La media de la OCDE es de casi 105.000 dólares y un 11,2% de rentabilidad anual. Pero hay países que sacan mucho más partido a sus licenciados. Por ejemplo, EEUU gana unos 230.000 dólares (una tasa de rentabilidad interna del 13%) por cada uno de sus estudiantes universitarios.

La foto

De esta manera, queda una foto curiosa y triste: la de un país que se gasta bastante dinero en educación superior, pero no lo aprovecha. Con muchos universitarios que en demasiadas ocasiones acaban trabajando en empleos de bajo nivel. Y licenciados que cobran menos y están más tiempo en paro que sus compañeros de otros países de la UE.

Y no será por lo que España invierte en educación por estudiante. Como decíamos anteriormente, nuestro país es uno de los que más gasta por alumno de media: según los datos de la OCDE, las administraciones públicas españolas dedican 11.925 dólares anuales a la educación Terciaria (FP superior y universidad). Mientras, en los países de la OCDE 11.382 dólares de media.

Además, según datos facilitados por Panorama de la Educación 2013, estamos entre los países de Europa con más universitarios, una situación habitual en las últimas décadas. En el informe se puede ver cómo entre todos sus habitantes de entre 25 y 64 años, un 32% tienen Educación Terciaria (una cifra que sube hasta el 39% si se cuenta sólo a los menores de 34 años). Estos datos están en la media de la OCDE y son incluso algo superiores a los del grupo UE-21 (países de la UE que forman parte de la OCDE), en el que que baja hasta el 29%.

Además, nuestro país (vamos, los contribuyentes) paga la mayor parte de los estudios de todos los universitarios, becados y no becados. Las tasas académicas apenas cubren el 20% del coste total de matriculación. El resto se abona con cargo a los presupuestos públicos. Luego, además, hay algunos estudiantes que tienen reciben una beca oficial. Estos no pagan ese 20% (o pagan sólo una parte de las tasas) sobre el que se ha discutido tanto en las últimas semanas.

Así las cosas, parece que el problema de la educación española, y en concreto de su sistema universitario, no es de coste sino de modelo. Y es que, a pesar de esta millonaria inversión, las universidades españolas siguen sin despuntar en ninguno de los rankings internacionales. Y sí, es cierto que las facultades americanas dominan estas clasificaciones, pero en los primeros puestos también aparecen centros alemanes, británicos y franceses. Los españoles brillan por su ausencia.

¿Qué hacen bien en estas universidades? Pues parte de la receta de su éxito la explicaba este lunes en Madrid el catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, Francisco Pérez. Se puede resumir en su "enorme concentración de talento y, por tanto, capacidad de atracción, concentraciones de recursos financieros muy importantes y modelos de gobernanza eficaces". En este sentido, sólo ocho del casi medio centenar de universidades públicas que tiene España destacan tanto por volumen de resultados como en términos de productividad, según el ranking elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). Y son las que se concentran en las principales áreas metropolitanas: Madrid, Barcelona y Valencia.

Poco sueldo, malos trabajos

Sin embargo, sus alumnos no salen tan bien preparados como se presupone o, por lo menos, no les luce su paso por la universidad de la misma manera que a sus homólogos europeos. Una vez concluidos sus estudios, son los que menos cobran, los que tienen peores trabajos en Europa y más tardan en establecerse. Y eso los afortunados que tienen empleo.

La tasa de paro juvenil en España se situaba a finales de 2012 en el 53,2%, la segunda más alta de la UE-27, sólo por detrás de Grecia, que tiene un desempleo juvenil que alcanza el 55,4%, según los datos de Eurostat. En ambos casos, la tasa de paro entre los jóvenes se encuentra muy por encima de la media de la UE-27, que se situó el pasado año en el 22,8%, frente al 15,7% de 2007, antes del comienzo de la crisis económica. En el caso de España, la crisis ha multiplicado por tres la tasa de paro juvenil, desde el 18,2% del 2007 al 53,2% el pasado año, al igual que en Grecia, que ha pasado del 22,9% en 2007 al 55,4% durante el pasado año.

Evidentemente, las cifras de desempleo son peores para los que no tienen estudios, pero en el caso de España también los universitarios sufren datos de paro desconocidos en el resto de los países avanzados. Así, el 16% de menores de 34 años con estudios superiores que no encuentra un empleo es la cifra más elevada de la OCDE tras la de Grecia. Ninguno de los otros grandes países europeos llega al 10% en este segmento de la población: la media de la OCDE no llega al 7%.

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