El presidente del Gobierno mantuvo una calculada ambigüedad sobre una cuestión que es clave para la economía, si bien ya no se mostró tan categórico como en otras ocasiones. Sobre la situación del mercado laboral, afirmó que se está analizando por una comisión los cambios ya acometidos y en breve estará listo un "informe de evaluación". Según las fuentes consultadas, la fecha límite es el mes de septiembre.
Un documento que tiene por objeto evaluar "los efectos que ha producido la reforma" pero también "que puede llevar o no a nuevas decisiones". Así, Mariano Rajoy dejó la puerta abierta a todas las posibilidades, si bien marca un punto de inflexión. Desde la Unión Europea y otros organismos internacionales se le ha instado recientemente a que endurezca el sistema porque, entienden, los ajustes acometidos son insuficientes.
Su respuesta más explícita se produjo el pasado 13 de mayo, con el debate ya abierto: "Estamos muy satisfechos de cómo ha funcionado -la reforma- y no tenemos ninguna intención de cambiarla ni en una ni en otra dirección", dijo en presencia de su homólogo portugués, Pedro Passos Coelho, en una comparecencia conjunta en la Moncloa.
Si bien, altas fuentes del Ejecutivo transmiten desde hace semanas -y este diario ya se había hecho eco de este extremo en varios artículos- que tras el proceso de evaluación de la reforma se estudiará si se tienen que tomar nuevas medidas, por ejemplo en el marco de la dualidad, el subsidio de desempleo o la formación de los que no encuentra trabajo, tal y como solicita Bruselas.
Desde la fundación FAES, escenario desde dónde Rajoy hizo la apreciación, en presencia de José María Aznar, no hicieron si no aplaudir esta posibilidad, habida cuenta de que de sus informes también se deriva la necesidad de profundizar en los cambios iniciados en el mercado laboral.