Este lunes arranca el Campus Faes 2013 en el Centro de Congresos Fray Luis de León en Guadarrama. Un foro en el que está previsto que, además de presentar una propuesta de reforma fiscal basada en pocos impuestos, bajos y sencillos, los asistentes tendrán la oportunidad de escuchar del ministro José Manuel Soria las líneas básicas de la reforma energética que prepara Industria y que presentará dentro de muy pocos días.
Precisamente, de este asunto pudimos hablar en Libertad Digital con Miguel Marín, director de Economía y Políticas Públicas de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), en la entrevista que nos concedió la pasada semana y de la que publicamos la primera parte este sábado.
La reforma energética es uno de los pilares fundamentales de la acción del Gobierno en esta primera legislatura. El déficit tarifario que soporta el sistema sigue creciendo y se antoja casi ingobernable. Además, las aparentes discrepancias entre los departamentos de Hacienda e Industria en el diseño de la reforma ya han salido a la palestra en varias ocasiones. Además, Miguel Marín fijó los retos de su departamento en FAES para lo que resta de legislatura y las esperanzas que tiene puesta la fundación en el Campus que arranca este lunes en Guadarrama.
El fragmento que se reproduce a continuación es la segunda parte de la entrevista concedida por D. Miguel Marín a Libertad Digital durante la pasada semana y cuya primera parte fue publicada este sábado.
LD: ¿Preparan en FAES algún documento sobre la reforma energética?
MM: Ahora tenemos preparada una actualización de aquella Propuesta para una reforma energética nacional que ya publicamos en febrero de 2011. Ese informe actualizado lo sacaremos en septiembre. El Gobierno está a punto de presentar una reforma y entendemos que nosotros debemos aportar este documento que tiene vocación de permanencia en el tiempo. No pretende resolver problemas coyunturales. Pretende sustanciar una verdadera estrategia energética nacional. En todos nuestros informes tratamos de plantear tendencias y debates, pero dejamos que sea el Gobierno quien decida cómo ha de quedar la configuración definitiva de cada uno de los asuntos.
LD: ¿Cuáles son los retos de su departamento hasta el final de legislatura?
MM: Básicamente se trata de marcar y dejar enmarcadas las reformas que todavía tiene que hacer España. Para nosotros, de lo que se trata es de que esa recuperación que se atisba para final de 2013 no suponga un relajamiento del impulso reformista que sí o sí tenemos que darle a este país y que vamos a tener que seguir dándole durante muchos años. A eso hay que añadir los efectos que pueda tener en la acción de Gobierno la relajación de los objetivos de déficit público. Los mercados financieros ya se muestran cautelosos respecto cuál va ser el papel del Gobierno con este mayor margen que le han dado. Y queremos ser esa conciencia de este impulso reformista, y por eso vamos a hablar de política monetaria, de reindustrialización, de internacionalización, de política fiscal. En general vamos a hablar de reformas estructurales y también de energía. Ese es nuestro objetivo, participar, aportar reflexión y debate sobre estos asuntos.
De aquí a final de legislatura vamos a seguir con lo mismo, con las líneas de reflexión que tenemos abiertas. Tenemos un papel preparado sobre la independencia energética de EEUU; cómo las nuevas tecnologías de fractura hidráulica, el fracking, el shell gas, han supuesto en EEUU un shock de oferta brutal y una devaluación interna del país que lo va a hacer mucho más competitivo. Tenemos que recoger esto para la estrategia energética nacional como a la europea.
Seguiremos preocupados por los problemas de financiación de la economía española, también desde el punto de vista micro. En este sentido tenemos un papel preparado sobre alternativas de financiación extrabancaria para las pymes. Creo que es importante que nos salgamos ya de ese excesivo sesgo hacia el endeudamiento y al endeudamiento bancario en este país. También mantenemos la visión permanentemente puesta en el proceso de unión bancaria. Ya hemos sacado varios papeles y, ahora después de este consejo, para septiembre u octubre sacaremos otro en el que vayamos adaptando la doctrina que hemos ido generando sobre unión bancaria.
Energía, unión bancaria, fiscalidad... En fin, seguimos preocupados. No sacamos el informe y nos vamos. Tenemos programados seminarios en los que se analice por ejemplo, la curva de Laffer. Precisamente queremos estimar una curva de laffer en España, es decir cuál es el punto máximo al que podemos llevar los tipos marginales para que no empiece a caer la recaudación. Es básico saberlo.
También queremos abrir nuevas vías de publicación. Es voluntad mía abrir un informe sesudo sobre internacionalización de la economía española. Estamos en contacto para abrir la reflexión sobre las nuevas formas de gestión pública, en todo este debate pendiente sobre el Estado del Bienestar en España y también sobre la financiación de infraestructuras y la liberalización de mercados tradicionalmente nacionales.
Y otra vía que nos interesa muchísimo es es internet y las nuevas tecnologías. Entiendo que hay un espacio para que la defensa de los valores que llevamos en el mundo 'offline', lo llevemos al mundo 'online'. Hemos estado muy presentes este año en el debate sobre la gobernanza mundial en internet. Es un debate que tiene una importancia mayúscula. Creo que vamos a un modelo fragmentado de internet, entre los países que son muy intervensionistas, muy celosos de controlar la herramienta y los países que defendemos la libertad. Es un debate muy bonito en el que también estamos presentes.
LD ¿Qué espera del Campus Faes 2013?
MM: Llevamos un periodo de crisis económica muy largo y que está generando ya cierto hastío entre la gente. Existe una sobrediagnosis de la crisis que aburre. Ya todos sabemos cuáles son las causas de la crisis, pero ese hastío de la gente hacia el panorama político está haciendo también que se pierda un poco la referencia de cuáles son las cosas que quedan por hacer. Y que haya demasiada euforia respecto a que esto ya se acaba y volvemos a pasar a una situación como la que teníamos. Eso no va a pasar. Hay que seguir dando la batalla y marcamos, creo que de forma eficaz, todos los ámbitos en los que hay que seguir incidiendo.
El Campus tiene una mezcla óptima entre las posiciones oficiales del Gobierno y posiciones críticas, como la mesa en la que vamos a hablar del papel del BCE y la política monetaria. Nos traemos a Jurgen Donges que es depositario de la posición alemana a más no poder, y lo contraponemos con economistas de sobrado prestigio como Fernando Fernández o Ramón Escolano.
Antes de eso, vendrá el ministro de Industria para hablar del objetivo de reindustrialización declarado en Europa. Eso tiene mucho que ver con un montón de reformas que tenemos que hacer, como por ejemplo la reforma energética que será explicada antes de su aprobación. Creo que va a ser el único evento en el que el Gobierno va a hablar de la reforma energética antes de que se apruebe. Hay mucho interés en ver cómo el gobierno va a intentar solucionar los problemas que tenemos ahora. A nadie escapa que las soluciones no serán del agrado de casi nadie. Pero la situación requiere una acción decidida y potente por parte del Gobierno.
Al día siguiente hablaremos de la internacionalización de la economía española y tendremos a Jaime García Legaz y desde el punto de vista de las empresas a Juan Rosell. El día dos presentamos la reforma fiscal. A nadie escapa que queremos que sea un debate de máxima actualidad. Un informe en el que FAES ha volcado un montón de recursos. Nos gustaría que se entendiera bien y que nuestro objetivo es que marcara el perímetro de lo que debería ser la reforma fiscal del Gobierno.
Y terminamos con una mesa de, podríamos decir, "outsiders" hablando de las reformas y de la dificultad que hay en España de implantar reformas en la que estarán Luis Garicano y José María Fidalgo. Dos personas con una visión bastante rompedora.