Ante los tiempos convulsos que configuran la economía actual, es normal que los ahorradores estén preocupados por su dinero y se interesen de manera especial para conocer qué pasaría con sus inversiones en caso de problemas serios tanto con el país como con las entidades financieras.
Los fondos garantizados son un producto bancario que, por su propio nombre, parece que ofrecen una seguridad que quizá otros productos no transmitan. Sin embargo, las nomenclaturas no siempre guardan relación con las características y es preciso leer la letra pequeña. Existen dos tipos de fondos, según el alcance del depósito:
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Garantizados de renta fija: aseguran la conservación del capital inicial y una rentabilidad fija en la fecha del vencimiento.
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Garantizados de renta variable: aseguran la inversión inicial y su rentabilidad está sujeta al comportamiento de activos financieros.
Es importante destacar que si se produce el reembolso antes de la fecha de vencimiento se pueden sufrir pérdidas, tanto en el rendimiento como por el gravamen de comisiones. Suelen contar con elevadas cargas durante el periodo de vigencia con el objetivo de mantener el volumen constante.
Estos productos aseguran la inversión en una fecha determinada, que es cuando finaliza la garantía. Dado que no todos conllevan los mismos beneficios, es conveniente observar antes de contratarlos a si la rentabilidad es fija y segura o si se trata de conservar solo la inversión inicial. Muy importante tener en cuenta que el Fondo de Garantía de Depósitos no asegura 100.000 euros por titular (como sí ocurre con cuentas y depósitos), y que además se pueden sufrir pérdidas si se producen determinados acontecimientos, por ejemplo la quita de depósitos si el fondo invierte en este tipo de productos.
Recomendaciones
Antes de efectuar la inversión es fundamental conocer los pormenores del producto que se va a contratar. En este caso, la lectura del folleto explicativo y la consulta de todas las dudas que aparezcan al asesor experto serán aspectos de gran ayuda para tomar la decisión más conveniente. Otros de los aspectos que son convenientes conocer son:
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El período de comercialización.
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La fecha de vencimiento.
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El objetivo de rentabilidad.
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Las comisiones.
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Las ventanas de liquidez (para salir del fondo sin penalización).
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Los preavisos.
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Cualquier información que quede sin resolver una vez leída la información.
Algunos de estos productos no están carentes de cierto nivel de complejidad, y acudir a un especialista en análisis financiero puede ser una opción altamente recomendable. También es muy aconsejable revisar las comunicaciones que emita la entidad sobre el vencimiento y sobre las condiciones de renovación, ya que es frecuente que las cláusulas varíen una vez transcurrido el tiempo pactado.
No nos dejemos jamás engañar por los nombres, como ocurrió en el caso de las participaciones preferentes. Los fondos garantizados no tienen otra garantía que la de la entidad financiera que los coloca. Si se venden antes de la fecha de vencimiento, se puede perder dinero. Si se venden después, también. Y si los activos en los que el fondo invierte sufren determinadas pérdidas, como quitas, también peligra nuestra inversión. Tienen similitudes con los depósitos bancarios, pero en ningún momento hay que considerar que son productos equivalentes.
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