Elpidio José Silva Pacheco, juez instructor del Juzgado número 9 de Madrid, nació en Granada hace 54 años. Cursó estudios de Derecho en la Universidad de Sevilla y con posterioridad realizó el doctorado en la Universidad de Cádiz, en la Université Panthéon-Assas (Paris 2) y en la Università di Bologna.
Silva fue un brillante estudiante que obtuvo el Premio Extraordinario de Licenciatura y fue número uno de su promoción en la especialidad de Derecho Público. Entró en la judicatura con 32 años y, con anterioridad a su función actual, estuvo trabajando como magistrado en Cuenca y las Palmas y fue titular de diversos juzgados de primera instancia.
También ejerce como profesor asociado en el departamento de Derecho Penal y Criminología de la Universidad Complutense de Madrid y es considerado un experto en temas relacionados con los delitos económicos.
Entre sus especialidades, enumeradas en su perfil en la red social Linkedin, se encuentran los delitos contra la Hacienda Pública, la prevención penal y administrativa frente a redes de fraude fiscal y la "negligencia grave" en el Derecho Penal Económico. Silva aparece por lo tanto como uno de los jueces españoles más preparados para instruir la causa contra Miguel Blesa. Pero no es oro todo lo que reluce.
Un juez en riesgo de ser expulsado
En cambio, tras este aparentemente brillante expediente, el juez Silva es también un personaje controvertido con numerosas faltas y polémica a sus espaldas. Silva ha tenido varios expedientes abiertos por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por diversas faltas y es considerado por sus compañeros de profesión como una persona "polémica".
Una de los primeros encontronazos de Silva con el CGPJ tuvo lugar en 2005 cuando el órgano de gobierno de la judicatura trató de separarlo de la carrera judicial, alegando trastornos psíquicos. Este expediente fue archivado con posterioridad pero no supuso el fin de los problemas del juez.
Según afirma el Mundo, Elpidio Silva acumula sanciones profesionales y ha sido multado en varias ocasiones por ignorar los requerimientos del CGPJ o por desatender el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de San Roque en el que trabajaba.
Por otro lado, Silva está pendiente, desde el pasado mes de abril, de la resolución de un expediente disciplinario por dos faltas muy graves y una grave.
Las faltas muy graves están fundamentadas en un retraso injustificado en la tramitación de los procedimientos y en la falta de motivación de sus resoluciones. Además, varios abogados que han presentado asuntos a Silva, afirman que "hace valoraciones subjetivas, a veces alterado, traspasando los límites de su función jurisdiccional.
De confirmarse estas dos faltas el juez se vería obligado a abandonar la carrera judicial, aunque todo parece indicar que el juez Silva buscará evitar este extremo por todos los medios según afirma una fuente del Consejo citada por El País: "Todas las sanciones las batalla, llega hasta el final".
Dentro de este mismo expediente, el juez también está acusado de tratar con desconsideración a los funcionarios de su juzgado, algo considerado una falta grave.
Problemas fuera del juzgado
Fuera de su labor jurisdiccional, Silva también fue condenado en 2009 por impago a la propietaria de un piso que alquilaba en la madrileña Gran Vía. El juez Silva no pagó ningún mes de alquiler a María Patrocinio Vinares, dueña del piso, e hizo caso omiso de sus solicitudes de cobro.
El juez terminó abandonando la vivienda y fue condenado por su compañero del juzgado de primera instancia número 70 de Madrid a abonar la deuda. Pese a esto, María Patrocinio Vinares afirma que aún no ha cobrado ningún pago por el alquiler del piso que el juez y su compañera ocuparon durante casi un año.