Ingvar Kamprad, fundador de la cadena sueca de decoración y muebles IKEA, ha anunciado su decisión de abandonar el consejo de administración de la multinacional, que pasará a estar presidida por el menor de sus tres hijos, Mathias Kamprad, informó la empresa.
En concreto, el benjamín de la familia Kamprad asumirá la presidencia de Inter IKEA Holding, la compañía propietaria de la marca IKEA, cargo en el que reemplazará a Per Ludvigson, que decidió jubilarse a los 70 años.
De este modo, el fundador de IKEA, de 87 años, culmina su progresiva retirada del primer plano en la gestión de la compañía creada en 1943 y que le ha convertido en uno de los hombres más ricos del mundo.
"Estoy feliz y orgulloso de que Mathias haya aceptado convertirse en presidente del consejo de Inter IKEA Group después de que Per Ludvigsson haya decidido jubilarse", dijo Ingvar Kamprad. "Veo que es un buen momento para abandonar el consejo de Inter IKEA Group", añadió el empresario al referirse al "cambio generacional" iniciado por IKEA hace unos años.
No obstante, el patriarca de los Kamprad subrayó que esta decisión no implica que vaya a jubilarse, ya que su intención es continuará dedicando su tiempo a visitar los establecimientos de la compañía, compartiendo sus ideas y puntos de vista para conseguir una mejora constante. "Nuestro viaje acaba de comenzar", apuntó.
Por otro lado, la multinacional escandinava informó de que al cierre de 2012 obtuvo un beneficio neto atribuido de 442,7 millones de euros, lo que supone multiplicar por cinco el resultado cosechado en 2011.
La compañía atribuyó esta notable mejoría al aumento de la rentabilidad de su división de franquicias después de aquirir IKEA Trademarks, mientras que el resto de negocios también lograron mejores resultados de lo esperado.
70 años de historia
La tienda de muebles más conocida del mundo cuenta con siete décadas de historia. Todo comenzó en los bosques del sur de Suecia en 1943, cuando su fundador, Ingvar Kamprad, tenía diecisiete años. Siendo niño vendía cerillas a sus vecinos y se dio cuenta que comprándolas al por mayor, aunque las vendiese a precios bajos, obtendría beneficios.
El padre de Ingvar le dio algo de dinero por ser buen estudiante y éste lo destinó a iniciar su propio negocio. En 1946 IKEA vendía bolígrafos, carteras, marcos para cuadros, tapetes para mesas, relojes, joyas y medias de nylon. El nombre y los colores de IKEA no son casualidad. Está formado por las iniciales de su fundador (I.K.), más las primeras letras de Elmtaryd (E) y Agunnaryd (A), la granja y el pueblo donde creció, y los colores son los de la bandera Sueca.