Está claro que un alto nivel de conflictividad laboral genera pérdidas para las empresas, los ciudadanos, las administraciones y, en suma, la economía que las sufre. El gobierno de la Comunidad de Madrid (CAM), la región de España que más severamente sufrió durante el pasado año el azote de los sindicatos se ha decidido a calcular ese coste y las conclusiones son demoledoras: las pérdidas económicas se estiman en 1.758 millones de euros y el impacto en el empleo se calcula que llega a los 23.870 puestos de trabajo.
EL estudio, algunos de cuyos datos adelantó Ignacio González en la sesión de este jueves de la Asamblea de Madrid, recalca que la región madrileña sufrió 62 de las 1.000 huelgas que se convocaron en 2012 en toda España, además de un total de unas 2.500 manifestaciones, a una media de siete por día.
El conjunto de esta conflictividad habría empujado negativamente el PIB regional madrileño en cinco décimas, lo que supuso finalmente una contracción del 0,2% en lugar de un crecimiento del 0,3%, siempre según los datos aportados por la CAM.
El impacto de las huelgas
Sin contar con las grandes movilizaciones, las huelgas y los distintos tipos de paros convocados por los sindicatos han supuesto que sólo en la Comunidad de Madrid supusieron 7,2 millones de horas de trabajo perdidas, lo que a un coste medio de 19,4 euros por hora arroja unas pérdidas de más de 140 millones de euros
Pero más allá de paros en sectores más concretos, cuatro son los acontecimientos que han marcado negativamente el calendario económico madrileño del pasado año: las dos huelgas generales, la huelga de Metro y los paros en la Sanidad de los últimos meses.
El mayor impacto fue el de las dos convocatorias de huelga general, que tuvieron lugar el 29 de marzo y el 14 de noviembre, y que supusieron una caída estimada del PIB madrileño de 548 millones de euros, lo que conllevaría la pérdida de 10.000 empleos.
El Metro, determinante
Por lo que respecta a las huelgas en el Metro, hay que tener en cuenta que cada paro del transporte público supone un descenso de la actividad económica, mayor todavía, aunque esto resulta difícil de cuantificar, si las jornadas de huelga se distribuyen durante periodos con la especial relevancia económica y comercial de las fiestas de Navidad como ocurrió el pasado año.
Así no es de extrañar que fuesen los propios comerciantes madrileños los que exigiesen que se retrasase la huelga del transporte público en Navidad, exigencia que por supuesto fue desoída por los sindicatos.
De hecho, el sector del comercio ha sido uno de los más perjudicados por la alta conflictividad sindical del pasado año, y así lo contaban a Libertad Digital comerciantes del centro de Madrid el pasado mes de octubre, mostrándose literalmente hartos ante la avalancha de demostraciones callejeras.
Así, las cosas, las pérdidas que según los cálculos de la CAM habrían causado los paros en el metro estarían en el entorno de los 234 millones de euros, lo que habría supuesto una pérdida de 3.916 empleos, 1.300 de ellos cualificados.
Pese a todo, un motor económico
Sin embargo, y pese al auténtico cerco sindical al que se ve sometida, la CAM es hoy por hoy el principal motor económico de España, con un peso de casi el 20% del PIB Español y con una economía en la que diversos sectores demuestran una notable pujanza, sobre todo teniendo en cuenta el desolador panorama general.
Uno de ellos es, paradójicamente, el comercio, que ha crecido un 0,8% en 2012, en lo que sin duda es una muestra del éxito de las medidas liberalizadoras impulsadas por Esperanza Aguirre.
Otros aspectos confirman la pujanza económica de una región que es capaz de captar el 70% de la inversión extranjera en España y en la que se crean el 21% de las empresas que nacen en el conjunto del país.