París y Roma eligieron este miércoles en la capital francesa escenificar su compromiso a favor del crecimiento económico mediante un apoyo inequívoco a la unión bancaria, un mensaje que lanzaron a Berlín al tiempo que prometieron mantener el rigor fiscal.
En su primera reunión desde que el nuevo primer ministro italiano, Enrico Letta, fue investido jefe del Gobierno de su país, el presidente francés, François Hollande, volvió a insistir en que la respuesta al "desafío" que se plantea a la Unión Europea pasa por el estímulo del crecimiento.
Hollande llamó a alcanzar lo que denominó "compromisos indispensables" con Alemania para alcanzar objetivos que son comunes a toda la UE y renovo su petición, sin nombrar a Berlín, de que países con excedentes en sus balanzas estimulen con su demanda interna el crecimiento de sus socios.
Pero tanto Hollande como Letta urgieron a que Europa se dote de una unión bancaria que actúe como pata sobre la que afianzar un crecimiento económico que se presenta como indispensable para amortiguar las consecuencias dramáticas del incremento del paro, sobre todo del juvenil.
Letta aseguró que "no se puede perder tiempo" en la aplicación de los acuerdos europeos que apoyaron la creación de esa unión bancaria y el presidente francés estimó que los líderes europeos tendrán que dar en el Consejo Europeo de junio próximo "señales claras para el apoyo al crecimiento, mediante la coordinación de políticas económicas y (sobre) la unión bancaria, con la que estamos muy comprometidos".
El jefe del Estado galo insistió en que los países europeos necesitan llegar a la unión bancaria "según el calendario previsto" y dijo que el plan de aplicación de medidas que apoyen el crecimiento económico "tendrá que ver con la realidad".
Hollande manifestó su compromiso al mismo tiempo con "las reformas y la consolidación presupuestaria", pero insistió en pedir a los socios que pueden que estimulen su demanda para tirar del crecimiento en los países que tienen sus economías estancadas o en clara recesión.
Letta, por su parte, manifestó en la conferencia de prensa que siguió a su entrevista con Hollande que la elección que hagan los líderes europeos en el Consejo Europeo de junio "no es alternativa a la estabilidad presupuestaria".
"Se puede hacer con la misma determinación que la que en los últimos años se tuvo con la consolidación" fiscal, aseguró el primer ministro, que se expresó en perfecto francés junto al presidente galo en su comparecencia ante la prensa.
El primer ministro italiano, que llegó a París procedente de Alemania, donde el martes se reunió con la canciller federal alemana, Angela Merkel, aseguró que su relación con la jefe del Gobierno germano es "amistosa".
"Tenemos que hacer que el consejo de junio sea donde se encuentren soluciones buenas para todas y estoy seguro de que si son buenas para nosotros se recibirán bien en Alemania", explicó Letta.
Hollande insistió en que el mismo esfuerzo que se ha puesto en los últimos meses en hacer que vuelva la confianza en la moneda única y en que bajen los tipos de interés de la deuda se debe practicar sobre las políticas que activen el crecimiento.
El presidente francés abogó por "una nueva etapa" que se base en los estímulos al crecimiento económico en la Unión "sin poner en entredicho el esfuerzo presupuestario".
El jefe del Gobierno italiano, que hoy mismo se desplaza a Bruselas para reunirse con los máximos responsables de las instituciones comunitarias, aseguró que su intención con la gira europea que inició el martes en Berlín y continuó en París es "confirmar a los dirigentes europeos la opción del Gobierno italiano".
Y eso en relación a lo que calificó como de "respeto de los acuerdos alcanzados, dentro de los cuales tomaremos las opciones (necesarias) para que nuestro país tenga un margen de maniobra para que haya crecimiento y más empleo", aseguró Letta.
El jefe del Ejecutivo italiano consideró que "las relaciones con Bruselas son fundamentales" e insistió en que "las políticas de crecimiento tienen que ser europeas".
"Si se olvida la dimension europea no se podrán tomar decisiones en Italia", advirtió Letta, quien explicó que su viaje a Berlín, París y Bruselas "es una cuestión de política interior, no exterior" puesto que la confianza obtenida en el Parlamento de su país "dependen de la confianza con Europa".