El nuevo primer ministro italiano, Enrico Letta, anunció este lunes que, si recibe la investidura del Parlamento, viajará inmediatamente a Bruselas, Berlín y París para promover medidas en la Unión Europea (UE) que impulsen el crecimiento económico sin comprometer el equilibrio presupuestario.
Durante su discurso de investidura en la Cámara de los Diputados, Letta, del Partido Demócrata (PD) de centroizquierda, pidió una mayor integración en la UE, con una unión bancaria y mayor unión política, sin las cuales esta crisis se hará "insostenible".
"Italia se comprometerá a identificar las estrategias para llegar al crecimiento sin poner en riesgo el saneamiento. Europa está en crisis de legitimidad, justo cuando sus ciudadanos más la necesitan. Hace falta más Europa (...) porque el destino de todo el continente está unido. No hay vencedores ni vencidos", afirmó el nuevo primer ministro italiano.
Letta, quien este lunes espera recibir el voto de confianza a la investidura de su Ejecutivo en la Cámara Baja y mañana en el Senado, indicó que ya a partir de la tarde del martes empezará a trabajar en este asunto y que entre el miércoles y el jueves visitará Bruselas, Berlín y París para demostrar que su Gobierno es "europeo y europeísta".
"Las premisas macroeconómicas son las del euro y el Banco Central Europeo. Solo con el saneamiento (de las cuentas públicas) Italia muere. Las políticas para el crecimiento no pueden esperar. No hay más tiempo. Muchas familias y ciudadanos están sumidos en la desesperación", dijo el nuevo primer ministro.
Letta advirtió de que esa "vulnerabilidad" puede convertirse en "rabia y conflicto", como demuestra, según él, el tiroteo registrado ayer en Roma ante la sede del Ejecutivo, en el que resultaron heridos dos carabineros (policía militarizada) y una mujer por los disparos de un padre de familia desempleado.
Insistió en que "sin crecimiento y cohesión" Italia está perdida y en que será el empleo el primer objetivo que tendrá su Gobierno de coalición, integrado por técnicos y miembros del PD, del conservador Pueblo de la Libertad (PDL) de Silvio Berlusconi y la centrista Elección Cívica de Mario Monti.
El primer ministro italiano aludió además al lastre que supone para ahora y para las generaciones futuras el elevado nivel de endeudamiento público del país, en el 127 % del Producto Interior Bruto (PIB), un nivel que no quiere aumentar, a pesar de apostar por reducciones fiscales, sobre todo en las rentas del trabajo.
Recogiendo la principal exigencia de Berlusconi, Letta, quien tuvo muy presentes a los jóvenes y las mujeres durante su discurso, anunció que a partir de junio se suspenderá el pago del impuesto sobre la vivienda habitual que había reintroducido Monti y señaló que "debe superarse" este tipo de gravamen.
El demócrata aludió además a la necesidad de dar una nueva legitimación a la política, de apostar por una Justicia que permita garantizar las inversiones de italianos y extranjeros en pro del crecimiento económico, y anunció que los miembros de su Gobierno que también son parlamentarios no percibirán el salario de ministros.
Letta, quien formó Gobierno el pasado sábado, dijo que abolirá el actual sistema de financiación pública de partidos, que estudiará la aprobación de una especie de subsidio para las familias más necesitadas y recogió varias de las reformas institucionales promovidas por los "sabios", como la de la ley electoral, el fin del bicameralismo perfecto y la abolición de las provincias.
"El único resultado posible de las reformas es el éxito. Dentro de 18 meses comprobaré si el proyecto de reformas se encamina hacia un puerto seguro. Si, por el contrario, se estanca todo, habrá consecuencias", dijo.