¿Es posible medir el grado de libertad económica de un país? La respuesta a esa pregunta la tenemos en índices como los que publican cada año la Fundación Heritage o el Instituto Fraser. Ambas clasificaciones, de vocación internacional, analizan componentes como el gasto público, la presión fiscal, la regulación o los derechos de propiedad. Países como Chile y territorios como Hong Kong son habituales en el top 10 de estos informes.
Existen, eso sí, otros estudios que se centran en analizar esta cuestión a nivel subnacional. En España, sin ir más lejos, existe el índice de libertad económica en las Comunidades Autónomas. Madrid, Navarra y La Rioja encabezaron la edición más reciente de dicho estudio.
En Estados Unidos, el Mercatus Center de la George Mason University ha desarrollado una comparativa similar: el Índice de Libertad en los 50 Estados de la Unión. Los parámetros analizados incluyen diferentes categorías:
- Libertad Fiscal: impuestos, tamaño del sector público, gasto estatal, déficit presupuestario, endeudamiento...
- Libertad Regulatoria: calidad de la justicia, protección de los derechos privados, mercado laboral, marco legal de cobertura sanitaria...
- Libertad Civil: descentralización educativa, ausencia de restricciones al consumo de ciertas sustancias (alcohol, marihuana...), ausencia de normativas intervencionistas en la vida de los ciudadanos...
En el siguiente mapa podemos ver los resultados. Los cinco Estados que lideran el ranking aparecen en naranja, mientras que los cinco últimos se muestran en negro. Los demás territorios reflejan un color más claro conforme su posición es más alta.
La decadencia de Nueva York
Los habitantes que gozan de más libertades, según el índice, son los que viven en Dakota del Norte, Dakota del Sur, Tennessee, New Hampshire y Oklahoma. Pronto podrían ser superados, eso sí, por Estados como Idaho, Georgia, Arizona y Alaska, cuya tendencia alcista es notable. Si bien Texas y Florida no figuran entre los diez Estados con más libertad, sí ocupan posiciones razonablemente buenas (puesto 14 y 23, respectivamente).
No se puede decir lo mismo de Illinois, Hawaii, Nueva Jersey, California o Nueva York, que aparecen en las últimas posiciones de la tabla. Evidentemente, algunos de estos territorios están asociados con un buen nivel de vida. No obstante, se trata también de áreas económicas cuyo dinamismo va a menos conforme pasa el tiempo. Entre 2000 y 2010, Nueva York vivió el exilio de casi dos millones de residentes que prefirieron irse a vivir a otros Estados, un 9% de su población. Para el mismo periodo, California sufrió un éxodo de 1,5 millones de personas, el 4% de su población. Los grandes beneficiados de estos flujos migratorios son Estados como Arizona, Nevada o Texas, tres Estados cuyo puntaje en el índice es muy superior al de Nueva York o California.
Diferentes variables nos ayudan a entender estas tendencias. Fijémonos en Nueva York, cuyo desempeño es nefasto en numerosas categorías:
- La presión fiscal estatal media en Nueva York es la peor de todo el país: alcanza un 14% de los ingresos personales, en comparación con Estados como Texas, donde es del 8%.
- El endeudamiento público del Nueva York también es el más alto de toda la Unión: suma un 33% de los ingresos estatales, frente al 15% de Georgia o el 21% de Florida.
- El mercado laboral en Nueva York está entre los cinco más rígidos e ineficientes de todo el país. Esta cifra contrasta con Texas o Florida, que están en el Top 5 de esta particular categoría del ranking.
Nueva York también figura entre los peores Estados de la Unión en capítulos como la regulación estatal de telecomunicaciones, las leyes de seguridad personal, la ausencia de prohibicionismo anti-tabaco...
¿Por qué importan los diferentes grados de libertad? El estudio demuestra que un mayor puntaje se traduce en bienestar personal, crecimiento poblacional, expansión económica, reducción del desempleo, aumento de los ingresos, etc. Es por eso que un mejor resultado en el índice se traduce en un mayor grado de prosperidad socioeconómica.
Laffer y la competencia tributaria en EEUU
Es importante señalar que, juzgando a EEUU en su conjunto, los estudios internacionales consideran que el país norteamericano sigue siendo una de las economías más libres del mundo. No obstante, en los últimos diez años se han producido importantes deterioros en este campo, especialmente tras la llegada al poder de Barack Obama.
Por suerte, la descentralización y la competencia entre Estados permiten mitigar parte del efecto negativo de las políticas intervencionistas impulsadas por el Gobierno federal. Como recuerda un estudio similar al del Mercatus Center coordinado por Arthur Laffer, los Estados de la Unión que tienen más libertad fiscal tienden a disfrutar de más crecimiento económico.
Laffer compara a los nueve Estados que no han instaurado un recargo propio sobre el Impuesto sobre la Renta con los nueve que han fijado un mayor gravamen para dicho tributo. En el primer grupo entran Alaska, Florida, Nevada y Texas, entre otros, mientras que en el segundo figuran Nueva Jersey, California, Hawaii o Nueva York.
La comparación es reveladora:
- El crecimiento económico del primer grupo entre 2001 y 2010 fue del 59%. La media nacional fue del 46% y la del segundo grupo fue del 42%.
- Durante el mismo periodo, el empleo creció un 5% en el primer grupo de Estados. La media nacional fue del 0,5% y la del segundo grupo fue del -1,7%.
- También entre 2001 y 2010, el crecimiento de la población en el primer grupo superó el 13,5%. La media nacional fue del 8,6% y la del segundo grupo, del 5,5%.
En términos de ingresos personales, el primer grupo de Estados también sale ganando. Lo vemos en la siguiente gráfica, que toma el periodo 1971-2009 y otorga la línea negra al primer grupo y la gris al segundo:
En línea con sus tradicionales estudios fiscales, Laffer también analizó la evolución de los ingresos fiscales en el primer y segundo grupo de Estados. El hallazgo fue revelador: pese a una presión fiscal mucho menor, el primer bloque vio aumentar su recaudación un 80% entre 2001-2010. A lo largo de dicho periodo, el crecimiento de la recaudación en el segundo grupo de Estados fue del 45%.