Leí una entrevista de Miguel Ángel Medina a Emir Sader, sociólogo brasileño impulsor del Foro Social Mundial de Porto Alegre, que se dice que surgió en respuesta al Foro Económico Mundial de Davos. No se trata de un camelo sino de dos: la retórica de Económico vs. Social elude la circunstancia constatable de que en ambos casos se trata de foros esencialmente políticos, y la libertad rara vez es apreciada en ninguno de ellos.
El que no aprecia la libertad ni la realidad es el sociólogo de marras, que despotrica contra el infame "neoliberalismo" sin reconocer que hay intervencionismo por todas partes, y cada vez más. El punto en el que insiste don Emir es que en América Latina los gobiernos no son liberales y han hecho
una apuesta por las políticas sociales que ha llevado al subcontinente a no estar entre las zonas más afectadas por la crisis mundial.
El argumento es erróneo. En efecto, las políticas sociales no pueden ser el freno contra la crisis, porque los países europeos más golpeados por la misma, empezando por España, tienen un muy abultado gasto social (léase, claro, político).
Un aspecto económico relevante de América Latina ante la crisis también escapa a la mirada del sociólogo progresista: se trata de una crisis financiera, y no afectó tanto a América Latina precisamente porque su desarrollo financiero, en particular después de los episodios de crisis de las últimas dos décadas, no es tan grande como el de Estados Unidos o la Unión Europea.