Tras el descenso que ha experimentado el paro el pasado marzo, España acaba de registrar su mejor primer trimestre en materia de desempleo desde que comenzó la crisis, según las cifras oficiales del Gobierno. En concreto, marzo cerró con 186.520 parados registrados más que el pasado diciembre, el menor incremento intertrimestral desde el primer trimestre de 2008, cuando aumentó en 171.428 personas, según los datos del antiguo Inem.
De hecho, una vez eliminado el efecto calendario y, por tanto, descontando el impacto coyuntural que tiene sobre el empleo la campaña navideña y la Semana Santa, los cifras son aún más relevantes. Así, el paro desestacionalizado arroja una caída de 18.600 personas en lo que va de año, hasta situarse en un total de 4.857.929 personas el pasado marzo.
Sin embargo, al mismo tiempo, la Seguridad Social ha perdido casi 100.000 afiliados durante este período, excluyendo también el efecto calendario. Es decir, la economía nacional ha seguido destruyendo empleo en el primer trimestre de 2013, pero este descenso de la ocupación no se ha traducido en un aumento del paro registrado.
Esta particular divergencia se ha acentuado en los últimos meses, constituyendo un fenómeno inédito en lo que va de crisis. Hasta ahora, el paro crecía de forma constante como consecuencia de la destrucción de empleo. Así, la caída de afiliados se traducía en un aumento más o menos similar en el número de parados registrados en el antiguo Inem. Sin embargo, la diferente evolución entre ambas variables se ha acentuado desde mediados del pasado año. Tanto es así que desde diciembre, el paro desestacionalizado baja a pesar de que la pérdida de afiliados continúa, tal y como refleja el siguiente gráfico.
Esta tendencia explica, igualmente, la diferente evolución interanual que ha registrado en marzo el paro registrado y la afiliación. El número de parados oficiales en el Inem (incluyendo el efecto estacional) ha crecido en 284.376 personas en los últimos doce meses, un aumento del 5,99% interanual, un ritmo muy inferior al registrado en marzo de 2012 (9,63%) y el segundo menor desde el estallido de la crisis.
Sin embargo, la afiliación media a la Seguridad Social (incluyendo el efecto estacional) ha acumulado en los últimos doce meses un descenso de 721.256 cotizantes (-4,27%), un ritmo de destrucción laboral muy superior al del mismo mes de 2012 (-2,82%) y la mayor caída interanual en un mes de marzo desde 2009.
Es decir, en el último año los parados registrados en el Inem han aumentado tan sólo en 284.376 personas, a pesar de que han desaparecido 721.256 puestos de trabajo. Desde que estalló la crisis, no se producía una diferencia de tal magnitud entre ambas variables, tal y como muestra el siguiente gráfico.
Emigración y efecto desánimo
Esta importante divergencia entre los datos de paro y destrucción laboral se debe a diversos factores. Por un lado, todo indica que la reforma laboral ha logrado atenuar el aumento del paro gracias a la mayor flexibilización que ha otorgado a las empresas para realizar ajustes internos, pero ello no ha impedido que la crisis siga destruyendo empleo de forma intensa. El factor clave es que en los últimos meses la fuerte destrucción de empleo no se está traduciendo en una fuerte subida del paro registrado en el Inem por el efecto desánimo y la emigración de trabajadores. Es decir, un número creciente de parados decide no inscribirse en el Servicio Público de Empleo una vez que agota su prestación y otros muchos optan, directamente, por salir del país en busca de trabajo.
Los datos de marzo refrendan esta tendencia: el paro desestacionalizado cae en 6.212 personas respecto a febrero, mientras la afiliación desestacionalizada se desploma en casi 27.000 personas, señal de que muchos parados dejaron de registrarse en el Inem o salieron del país.
Efectivamente, aunque la población activa (gente que trabaja o busca activamente empleo) ha crecido un 2,8% desde que comenzó la crisis, hasta situarse en algo más de 22,9 millones de personas a cierre de 2012, esta tendencia se está revirtiendo desde mediados del pasado año. Así, según la patronal de empresas de trabajo temporal (Asempleo), la población activa a cierre de 2012 (último dato publicado) cayó en 158.800 efectivos con respecto a 2011, regresando a niveles de finales de 2009.
Y esta pérdida de efectivos se concentra, sobre todo, en los menores de 25 años. El colectivo de jóvenes activos se ha desplomado en 864.100 personas desde mediados de 2007 -casi un 34%-, pero tan sólo se han registrado en el Inem la mitad (472.200 personas).
La tasa de paro juvenil se ha triplicado durante la crisis, pasando del 18% en el tercer trimestre de 2007 al 55,1% a finales del pasado año, de un total de 458.000 a 930.200 personas, respectivamente. Además, casi la mitad del conjunto total de desempleados jóvenes lleva sin encontrar empleo más de un año, lo que provoca, en muchos casos, que este colectivo salga fuera del país para buscar nuevas oportunidades.
Algo similar sucede con los extranjeros. Su afiliación ha caído en casi 550.000 personas, mientras el aumento de parados registrados en el Inem asciende a 350.000 personas. Muchos emigrantes han regresado a su país de origen durante la crisis.
Todo ello refleja, una vez más, que las cifras de paro que publica el Ministerio de Empleo son poco relevantes y significativas a la hora de reflejar la realidad del mercado de trabajo en España, ya que la función básica del Inem es pagar prestaciones de desempleo y las correspondientes subvenciones o ayudas por asistir a cursillos de formación, no facilitar la búsqueda de empleo. La Encuesta de Población Activa (EPA) sigue siendo el indicador más fiable para medir el paro nacional.