La encuesta que la Fundación BBVA ha realizado en diez países europeos sobre percepciones, actitudes y valores de sus ciudadanos, nos coloca en la cima de la clasificación de aprovechados vocacionales, firmemente dispuestos a vivir mejor incluso en tiempo de crisis pero siempre que sea a costa de los demás. Como menores de edad, la gran mayoría de los españoles prefiere, qué coño prefiere, ¡exige! al gobierno que se encargue de proporcionarle todos los servicios esenciales comenzando por una vivienda ("digna", por supuesto) y un buen puesto de trabajo. Quieren incluso aumentar las prestaciones que actualmente reciben, pero no mediante la contratación personal de servicios adicionales, sino a través de una subida fiscal para que sean otros los que financien la mejora. Es ese mantra tan socorrido del "que los ricos paguen más", la mayor estafa intelectual patrocinada por la socialdemocracia, puesto que sólo un retrasado mental puede desconocer que los ricos, sencillamente, no pagan impuestos. Ni aquí ni en ningún otro lugar.
Somos muy socialistas y además a mucha honra. La inmensa mayoría de medios nacionales celebra tan lustrosa circunstancia, enfatizando que los españoles somos los más dispuestos a organizar algaradas callejeras en defensa de ese trinque al prójimo llamado "Estado del Bienestar". Ningún otro país aclama, o como mínimo "entiende", el acoso a los políticos fascistas tanto como España si exceptuamos a Kirchnerlandia, patria fundadora del escrache organizado. Porque la culpa de todo lo que nos pasa es del capitalismo. ¿El robo de los ERE andaluces, dice usted? Culpa del neoliberalismo salvaje, por supuesto ¿O es que va a dudarlo, pedazo de fascista? Es normal por tanto que la encuesta revele la oposición de la mayoría de españoles a la economía de mercado, un sistema que hace que unos ganen más dinero que otros en una afrenta incalificable al sacrosanto principio de igualdad que todo gobierno debe garantizar en primera instancia "redistribuyendo" la riqueza generada por los individuos más industriosos.
La Televisión Española, que cuando gobierna el PP emite básicamente basura progre, programó el pasado jueves un bonito documental para explicar a la audiencia por qué las empresas internacionales perjudican gravemente a la sociedad. Y para acabar de celebrar que somos más socialistas que la madre que nos parió, va el gobierno y realiza en su Consejo de Ministros del día siguiente un nuevo alarde de austeridad anunciando un plan de gasto de 2.500 millones para crear puestos de trabajo en la construcción como en los mejores tiempos de ZP. Unos resultados tan brillantes en la encuesta europea merecen eso y mucho más. Y porque estamos en crisis, que si no...