Miles de trabajadores han vuelto a concentrarse en la T4 de Barajas para mostrar su rechazo al plan de reestructuración de Iberia, que prevé cerca de 4.000 despidos. Los manifestantes que venían en marcha desde San Fernando de Henares y los que ya estaban en el aeropuerto se han juntado en la zona de llegadas de la terminal, la única zona en la que, en un principio, tenían permitido concentrarse. Sin embargo, el gran despliegue policial no ha podido impedir que los trabajadores hayan vuelto a tomar el área de facturación, mostrando, una vez más, una imagen de auténtico caos. Durante casi tres horas, lo único que se ha escuchado en la T4 han sido gritos de "sí se puede", pitidos ensordecedores y hasta petardos que sembraban el pánico en el interior de la terminal, ante la gran aglomeración de manifestantes.
Previsiblemente, esta semana el mediador del conflicto, el catedrático Gregorio Tudela, hará pública su propuesta, pero los sindicatos no son muy optimistas al respecto, teniendo en cuenta las últimas declaraciones del Consejero Delegado de IAG, que, según dicen, "es quién realmente manda en Iberia". Después de que Willie Walsh haya sugerido que esto es sólo el principio y que habrá más recortes y más despidos, el portavoz de UGT, Manuel Atienza, ha advertido de que no van a parar. "Si tenemos que hacer más huelgas haremos más huelgas y, contrariamente a nuestra costumbre, cuando sea preciso...En Semana Santa y si hay que hacer una huelga indefinida, también".
Desde el SEPLA, que en esta ocasión también se ha sumado a las protestas, Justo Peral aseguraba en esRadio que tienen "pocas esperanzas" en el proceso mediación. A su juicio, esto no es más que un "boicot de los británicos", que lo único que quieren es "resolver la quiebra de sus fondos de pensiones, desmantelando a toda prisa Iberia y sus activos para cubrir rápidamente ese déficit". Además, según Peral, las cuentas de IAG están "absolutamente manipuladas" para achacar a Iberia las pérdidas del grupo.
La concentración de este lunes ha quedado deslucida por un grupo de un 200 trabajadores, en su mayoría de los sindicatos CNT y CGT, que han convertido las protestas en una auténtica fiesta. Los manifestantes, que portaban un equipo de música con varios altavoces, se han quedado una hora más de lo inicialmente previsto bebiendo cerveza, Martini y vino tinto, y bailando desde "Paquito el chocolatero" hasta el "Gangnam style", pasando por "La fiesta pagana" del Mago de Oz.