El holding resultante de la fusión Iberia-British Airways registró en 2012 unas pérdidas después de impuestos de 923 millones de euros, frente a ganancias de 582 millones de euros un año antes, lastrado por los costes asociados al plan de transformación de Iberia, entre otras partidas excepcionales.
En concreto, el grupo apunta que dichos costes supusieron a la compañía una partida excepcional de 202 millones de euros, a la que se suma el deterioro del fondo de comercio derivado de la adquisición de la aerolínea española y el de su inmovilizado inmaterial por valor de 343 millones.
Excluidas las partidas excepcionales, IAG registró unos 'números rojos' de 412 millones de euros, según ha informado la compañía en un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La cifra de negocio se disparó hasta los 15.372 millones de euros, lo que supone un incremento del 13,9% con respecto al año anterior, cuando facturó 13.496 millones de euros, pese a que el coste de combustible durante el ejercicio aumentó un 20,4%, hasta alcanzar los 6.101 millones de euros.
El consejero delegado del grupo, Willie Walsh, destacó que 2012 fue un año de "transformación" para la compañía ante la adquisición e integración de BMI y la reestructuración de Iberia, a la vez que reconoció que las partidas excepcionales y no operativas tuvieron un "fuerte impacto" en los resultados.
Mientras que British obtuvo un beneficio operativo antes de partidas excepcionales de 347 millones de euros el pasado ejercicio, la compañía española aumentó sus pérdidas hasta los 351 millones de euros.
El anuncio de los resultados se produce después de que este miércoles CNMV aprobara la oferta pública de adquisición de acciones (OPA) de IAG sobre Vueling, a un precio de siete euros por acción, y a la espera de que el próximo lunes Iberia afronte otra semana de huelga.