Aunque el ADSL no es la única tecnología que utilizamos actualmente para conectarnos a Internet, sí que es la más extendida y barata, al menos de momento. Esto último se debe a que el ADSL funciona sobre el mismo cableado telefónico ya instalado, al contrario que la fibra y el cable que requieren instalaciones exclusivas.
Esta ventaja, que ha permitido la rápida difusión del ADSL, también resulta ser un gran inconveniente, ya que el medio físico por el que se transmite una señal, en este caso los datos que enviamos y recibimos en Internet, es determinante para medir su calidad final.
Las conexiones de 20 megas no llegan a los 20 megas
A la hora de contratar una línea de ADSL tenemos que tener clara una cosa: lo más probable es que nunca naveguemos a la velocidad que indica la publicidad de la misma. Por eso mismo nos recalcan la frase "hasta X megas". ¿Y a qué se debe esto? ¿Es algo que podamos solucionar a base de quejas o maña personal?
Lamentablemente no, pero conocer sus causas nos ayudará a decidirnos por un proveedor de ADSL u otro, o simplemente optar por otra tecnología de conexión que sí garantiza el 100% de la velocidad.
Dos son las principales causas que determinan la velocidad real de nuestro ADSL: la atenuación y el ruido. La atenuación es un valor que mide la diferencia entre la potencia de una señal cuando inicia su recorrido y cuando llega al fin. Simplificando, a mayor atenuación, más pérdida de señal al final. Esta pérdida viene determinada por la distancia de nuestro hogar con respecto a la central telefónica de nuestro proveedor.
De ahí que es buena idea conocer a qué distancia nos encontramos de esta para ahorrarnos así solicitar los servicios de empresas que nos van a ofrecer un servicio muy por debajo de lo esperado.
El ruido, el otro gran factor, es simplemente el conjunto de interferencias que sufre una señal a lo largo de su recorrido. De nuevo es un factor contra el que poco podemos hacer al depender principalmente de la calidad del cableado telefónico, encargado de aislar lo mejor posible la señal de ADSL.
Es por esto que mencionaba al inicio que el uso del cableado telefónico convencional es a la vez una gran ventaja y un gran handicap para el ADSL. El cable telefónico, conocido como par de cobre, no ofrece un buen aislamiento, y en algunos casos tienen muchos años a sus espaldas, lo cual perjudica aún más al servicio.
¿Cómo se traduce todo esto? Pues sencillamente que si tenemos contratado, por ejemplo, una línea ADSL de 20 megas, en realidad disfrutemos de una velocidad de 12 megas porque nuestra casa se encuentra a medio kilómetro de la central telefónica. Una pérdida que se acrecienta cuando mayor es la velocidad solicitada.
Así que, si tenemos la intención de contratar una línea de ADSL, debemos averiguar si el ruido y la atenuación nos van a hacer la vida online más difícil de lo que debería ser. Si es el caso, elegir una conexión por fibra o cable no resulta una opción para nada pomposa, y más viendo que sus precios van disminuyendo a paso ligero.
Ah, y si tras todo esto no sabemos cuál es nuestra velocidad real de nuestro ADSL, podemos echar mano de este útil test de velocidad.
Haga click en la tabla para acceder a las mejores ofertas de ADSL