Ingobernabilidad y elevada incertidumbre. Ésta es la conclusión que, a priori, arrojan los resultados electorales en Italia. La coalición de centroizquierda de Pier Luigi Bersani -Partido Democrático (PD)- obtuvo la mayoría absoluta en el Congreso con una victoria muy ajustada, pero la formación que lidera Silvio Berlusconi -Pueblo de la Libertad (PDL)-, junto a otros partidos, se impuso en el Senado, cuyo método de escrutinio es diferente. El control de ambas Cámaras es clave para garantizar la estabilidad política en Italia, ya que la aprobación de leyes necesita el voto favorable de Congreso y Senado.
La ausencia de un único ganador capaz de formar un gobierno sólido y, sobre todo, el regreso de Il Cavaliere a la escena política italiana tras su dimisión a finales de 2011 han agravado nuevamente la crisis del euro. La prima de riesgo de Italia subió este martes más de 40 puntos, por encima de los 340, mientras que la bolsa de Milán bajó casi un 5%. La tensión se ha trasladado, además, a otros países débiles de la zona euro, tales como Portugal y España: el Ibex cerró con una caída del 3,2%, perdiendo el umbral de los 8.000 puntos, y la prima superó los 390 puntos.
De los resultados se desprende, igualmente, un claro ganador, el Movimiento 5 Estrellas del cómico Beppe Grillo, el partido más votado del Congreso (25,5%), y el fracaso absoluto del tecnócrata Mario Monti, con apenas el 10,5% de los votos.
Los tres escenarios
Al no existir una mayoría clara, Bersani, encargado de formar el nuevo Gobierno, tendrá que buscar aliados entre sus adversarios, lo cual no será tarea fácil. En principio, la mayoría de analistas dibuja tres posibles escenarios a partir de ahora:
- Un gobierno de unidad nacional mediante una alianza entre Bersani, Berlusconi e incluso Monti. Pese a ello, una coalición tan diversa, con intereses y políticas incluso contrapuestas, podría acabar desembocando en la convocatoria de elecciones anticipadas a corto plazo (de seis meses a poco más de un año).
- Una alianza entre Bersani y Grillo para conformar un gobierno más escorado hacia la izquierda. Aunque tampoco será fácil, ya que el Movimiento 5 Estrellas se define abiertamente como una formación antisistema por lo que, en principio, rechaza cualquier posibilidad de pacto electoral.
- En última instancia, cabría la posibilidad de convocar nuevamente elecciones para tratar de formar una mayoría clara. En todo caso sería difícil que se celebraran antes de mayo, cuando vence el mandato del presidente de la República, Giorgio Napolitano, ya que la ley no permite celebrar elecciones durante los seis meses previos al nombramiento del nuevo presidente, a no ser que Napolitano renuncie antes.
Tras las elecciones, existe un cierto consenso entre las principales fuerzas políticas para evitar la convocatoria de nuevas elecciones ante la incertidumbre económica que ello podría acarrear, por lo que se abrirá un período de negociaciones entre Bersani y Berlusconi para tratar de formar gobierno. De hecho, en última instancia, el presidente italiano podría incluso nombrar un Gobierno provisional, al estilo del anterior Ejecutivo de Mario Monti, aunque precisaría el voto de confianza de la mayoría de ambas cámaras.
Asimismo, también existe cierta coincidencia en cuanto a la necesidad de cambiar la ley electoral para que, en caso de celebrar nuevas elecciones, no se repita el actual escenario de ingobernabilidad. Sin embargo, una vez más, tal reforma necesita la aprobación de ambas cámaras.
Italia vota contra la austeridad
Sin embargo, más allá de la inestabilidad e incertidumbre políticas que han arrojado las urnas, uno de los factores clave que más preocupa al mercado es el cambio de orientación económica que acaban de respaldar los italianos con su voto. La abrumadora derrota obtenida por Monti y el fuerte apoyo que han recibido Berlusconi y Beppe Grillo reflejan un claro mensaje del electorado italiano: el rechazo a las políticas de recortes públicos y reformas estructurales y, por tanto, la oposición al recetario anticrisis dictado desde Alemania, Bruselas y el Banco Central Europeo (BCE). Italia ha votado contra la austeridad.
Los ajustes de Monti, aunque tímidos, han logrado en los últimos meses aliviar la fuerte presión que sufría la deuda italiana a finales de 2011, cuando Berlusconi fue forzado a dimitier ante su rechazo a realizar ajustes estructurales. La razón estriba, sobre todo, en el anuncio realizado por el BCE el pasado verano, consistente en comprar masivamente deuda pública de los países que pidan ayuda, siempre y cuando se comprometan a aplicar reformas y recortes presupuestarios. Los inversores confiaban en que, llegado el caso, Monti aceptaría dichas condiciones.
El problema ahora, sin embargo, es que los italianos parecen haber rechazado tales contraprestaciones. En este sentido, Citi advierte en una nota que "ésta es la primera elección europea en la que los votantes no hacen lo correcto", mientras que Morgan Stanley recomienda a sus clientes que empiecen a apostar a la baja contra el euro.
El temor de los mercados no es de extrañar si se analizan las propuestas económicas de las principales fuerzas políticas de Italia. No en vano, Bersani, el líder de centroizquierda, es más moderado que Berlusconi y Grillo. Estos dos últimos, que han obtenido el 55% de los votos, rechazan frontalmente la austeridad pública que pregona Merkel e incluso plantean abiertamente la posibilidad de celebrar un referéndum sobre la permanencia de Italia en el euro. Además, cinco de los siete principales partidos hicieron campaña contra la austeridad.
Bersani, el socialista moderado
Aunque es el ganador de las elecciones, Bersani no podrá gobernar sin algún tipo de alianza para obtener la mayoría en el Senado. Además, su formación, el Pueblo de la Libertad, si bien se posiciona en el centroizquierda (socialismo moderado), se ha visto obligado a acudir en coalición con otras formaciones más radicales como, por ejemplo, el partido Ecología y Libertad (SEL), opuesto a las medidas de austeridad.
Berlusconi, Il Cavaliere anti-Merkel
En sus últimos meses en el poder, a finales de 2011, rechazó y retrasó ajustes presupuestarios y reformas estructurales en medio de una fuerte crisis de deuda, con la prima de riesgo disparada, lo que precipitó su salida del Gobierno, dando así paso al tecnócrata Mario Monti. Además, fue su partido (PDL) el que provocó la caída de Monti a finales del pasado año, tras negarle su apoyo parlamentario, y la convocatoria de nuevas elecciones.
Durante su período fuera de la política ha adoptado un discurso populista. Más allá de su programa electoral, Il Cavaliere se ha enfrentado a Angela Merkel, defendiendo la necesidad de que el BCE imprima euros de forma masiva para comprar deuda de los países en problemas. De hecho, llegó a decir que "si Alemania no acepta que el BCE debe ser un banco central real, si las tasas de interés no bajan, nos veremos obligados a abandonar el euro y volver a nuestra propia moneda con el fin de ser competitivos", abriendo así la puerta al posible abandono de Italia de la moneda común.
También llegó a señalar que la prima de riesgo es un "engaño" que se ha utilizado para "intentar abatir una mayoría votada por los italianos", y que "detrás de la crisis hay una estrategia alemana". En todo caso, considera que la política económica de Mario Monti fue "dañina" para Italia.
Grillo, el cómico populista
Por último, destaca la figura de Beppe Grillo, un conocido cómico italiano que se ha convertido en la gran sorpresa de las urnas tras cosechar un fuete respaldo electoral. Su Movimiento 5 Estrellas fue el más votado en el Congreso, pero fue superado por las fuerzas de coalición. Grillo no se presentó como candidato por haber sido declarado culpable de homicidio involuntario en un accidente de tráfico acontecido hace años, pero lidera una formación que jugará un papel relevante en la vida política italiana.
Con un discurso abiertamente antisistema en el que carga contra la clase política en sus conjunto, aboga por "cambiarlo todo" a través de una "hiperdemocracia" en donde no existan partidos políticos, tan sólo "ciudadanos". Grillo propone un modelo de democracia directa en la que los italianos puedan votar las leyes mediante un sistema plebiscitario con la ayuda de las nuevas tecnologías (voto electrónico).
Las cinco estrellas de su particular Movimiento hacen referencia a los principales ejes de su programa: agua pública, movilidad sostenible, desarrollo, conectividad/wifi libre y medio ambiente. Su programa contiene ideas difusas y propuestas indefinidas, pero entre otras medidas destaca la celebración de un referéndum sobre la permanencia de Italia en el euro, nacionalismo industrial, proteccionismo comercial, fomento de las energías renovables y garantizar una prestación mínima a los italianos.
- Democracia participativa sin partidos políticos.
- Cobertura completa de ADSL a nivel nacional; gratuidad de este servicio de por vida a todos los nacidos en Italia; nacionalización de la red telefónica.
- Reducir por ley a dos mandatos máximo para parlamentarios y cualquier otro cargo público; eliminar todos los privilegios especiales de los políticos, incluido el derecho a pensión tras dos años y medio en el cargo; igualar el salario de los diputados con el salario medio nacional.
- Referéndum sobre la permanencia en el euro.
- Reducir la deuda pública, incluyendo una posible reestructuración (suspender pagos).
- Limitar las pensiones máximas a 3.000 euros al mes; garantizar las prestaciones por desempleo.
- Crear una banca pública.
- Fuerte impulso a las energías renovables.
- Ningún canal ni periódico de cobertura nacional puede ser de propiedad mayoritaria de una entidad privada; las frecuencias de televisión deberían asignarse mediante subasta pública cada cinco años.
- Prohibir que un consejero de administración ostente múltiples cargos en consejos de sociedades cotizadas; limitar por ley el sueldo de los directivos y consejeros de las empresas privadas que cotizan en Bolsa y las que pertenecen al Estado.
- Impedir el desmantelamiento de las industrias de alimentos y manufacturas italianas (nacionalismo industrial); prohibir el cruce accionarial entre el sistema bancario y la industria; fomentar la producción local (proteccionismo).
- Desincentivar el uso del transporte privado motorizado en las zonas urbanas; desarrollo de carriles bici; incentivar el transporte público con motores eléctricos.
- Defensa de la Sanidad y la Educación públicas.