Buena parte de la prensa de nuestro país presenta la promesa electoral del PP de no subir los impuestos como si fuese la única que el Gobierno de Rajoy hubiese incumplido clamorosamente. Aunque La Gaceta denunciara este jueves cómo el presidente del Gobierno no hizo referencia durante el debate sobre el estado de la nación a otras promesas del PP contra el legado de Zapatero –aborto, matrimonio gay, la asignatura de EpC, la política antiterrorista–, también podríamos añadir muchos otros compromisos incumplidos, como el cierre o privatización de televisiones y empresas públicas, la despolitización de la justicia, la supresión de los traductores de lenguas regionales en el Senado o el compromiso de garantizar el derecho a estudiar en castellano, que, más que una promesa electoral, es un imperativo legal.
Sin embargo, no hay que alejarse de la política fiscal para denunciar otro gran incumplimiento del presidente del Gobierno. Nos referimos al déficit público. Y es que, a diferencia de lo que muchos nos quieren hacer creer, Mariano Rajoy no se comprometió ante los electores a dejar el déficit en 2012 "por debajo del 7%", sino por debajo del 4,4%. El hecho de que, a mediados de marzo de 2012, el Gobierno del PP lograra renegociar con Bruselas un nuevo tope para el desequilibrio presupuestario hasta situarlo en el 5,3% no borra el incumplimiento de aquella promesa electoral, como tampoco lo hace el nuevo tope renegociado un poco más tarde que lo situaba en el 6%. Finalmente, en octubre de 2012, nuestros socios comunitarios se plantaron en el 6,3%.
A pesar de que Rajoy, en el debate sobre el estado de la nación, ha señalado que el déficit del 2012 ha quedado por "debajo del 7%", ni él ni nadie ha presentado este dato como lo que es: un clamoroso fracaso y un evidente incumplimiento de una decisiva promesa electoral del PP. Por el contrario, en el mejor estilo orwelliano y zapateril, son muchos los que lo han presentado como un "éxito" o un "objetivo cumplido". Y eso que ese dato de Rajoy oculta las ayudas a la banca, por lo que el déficit real se aproximaría al dejado un año antes por Zapatero.
Por otra parte, y aunque haya que esperar a mediados de marzo para que el Banco de España publique las cifras con el desglose por administraciones, ya sabemos que la deuda pública del conjunto del Estado se ha incrementado con Rajoy mucho más acusadamente de lo que lo ha hecho en los últimos cien años.
Rajoy no sólo ha aumentado en todos los ámbitos la presión fiscal que ya padecíamos con los socialistas, sino que además ha acrecentado la deuda pública dejada por Zapatero a razón de 400 millones de euros diarios. Para colmo de la impostura, este Gobierno del PP se presenta como el paladín de la austeridad. La izquierda manirrota no necesita a Rubalcaba. Ya tiene a Rajoy.