Mariano Rajoy articuló un discurso muy optimista ante los responsables de The Economist, un buen puñado de corresponsales extranjeros y el mundo empresarial nacional. "Con la prudencia necesaria, podemos afirmar que las previsiones de este Gobierno, compartidas por organismos internacionales como el FMI, anticipan que en la última parte de 2013 y en el año 2014 nuestra economía recuperará tasas positivas de crecimiento del PIB", fueron sus palabras.
La receta que esgrimió el presidente no es nueva, de hecho la lleva repitiendo desde que accediera a la Moncloa: "Austeridad, reformas estructurales y apertura al exterior". "En esta línea vamos a seguir trabajando porque aún queda mucho camino por recorrer", dijo, haciendo un prolijo balance de las medidas emprendidas, y de los resultados positivos que se están empezando a conocer. "He cumplido con mi deber", resumió, incluyendo una subida de impuestos que, reconoce, fue en contra de su programa electoral.
De nuevo, su principal defensa fue para la reforma laboral, muy criticada por el PSOE y los sindicatos: "Se ha centrado en mejorar la empleabilidad de los trabajadores, facilitar la creación de empleo estable reduciendo la dualidad actual y favorecer la flexibilidad interna en las empresas para evitar la destrucción masiva de empleo", afirmó. La tachó de la decisión "más necesaria y urgente", e insistió en su perfil positivista: "No son medidas de efectos inmediatos, pero ya se están empezando a observar los primeros indicios de un cambio en el patrón de ajuste del mercado de trabajo".
Además, el jefe del Ejecutivo dio un dato clave: "Es cierto que el número de ocupados ha descendido, y mucho, en el pasado 2012. Pero quiero subrayar un dato que a veces se olvida: más de una cuarta parte de esos empleos perdidos corresponden al sector público".
Lo que no hizo el presidente fue avanzar nuevas reformas. Se limitó a asegurar que "el afán reformista de este Gobierno ni se distrae, ni flaquea, ni se agota". Y, en este sentido, defendió la "responsabilidad" de la sociedad española: "Ha dado muestra de su madurez y su capacidad emprendedora cuando se le han dado los medios para desarrollarlas. Esa y no otra es la determinación que anima a mi Gobierno: sentar las bases para que España y sus ciudadanos puedan escribir otra página de éxito en nuestra historia".
Ya en el turno de preguntas, que correspondió al editor Michael Reid, le emplazaron: "¿Qué le dice a una familia que no tiene trabajo?". El presidente, un convencido de que la senda emprendida es la correcta, respondió: "Es difícil porque aquí hablamos mucho de macroeconomía, de déficit público, de los instrumentos de Mario Draghi (...) Procuro tener la referencia de las cosas, hay muchísima gente que quiere trabajar y no puede y que ha sido lesionada en su futuro. Les quiero decir que de esta vamos a salir seguro. Que -el paquete de reformas- no es una decisión caprichosa del señor Rajoy, sino que se están sentando las bases de la recuperación. Yo me presenté con un programa en el que no iba a subir los impuestos, pero lo he incumplido. He cumplido con mi deber. En España hemos hecho muchas cosas mal en los últimos años, hay que corregirlas y aprender. Todo lo que se está haciendo tienen un sentido, lo hacemos porque hay que hacerlo".