En concreto, Fitch explica que ha decidido mantener la nota de España en parte porque sus previsiones recogen que la deuda pública seguirá por debajo del 100% del PIB pese al asumido cierto desvío de los objetivos fiscales y a que el país continuará durante 2013 en una "profunda recesión".
En este sentido, explica que mantener el rating de España en grado de inversión refleja además que España tiene aún cierto margen de maniobra en materia fiscal, pero "significativamente reducido", aunque agrega que estas previsiones de deuda son sensibles a posibles shocks.
"El compromiso de la autoridades para reducir el endeudamiento público es fuerte, pero llevará varios años más eliminar el déficit fiscal en términos estructurales", afirma Fitch, que también destaca que el ajuste de la balanza de pagos de España se está produciendo a un ritmo más rápido del esperado, lo que refleja en parte las fuertes exportaciones y la mejora de la competitividad.
Asimismo, destaca que España ha demostrado su resistencia y flexibilidad financiera durante la crisis, y que el plazo medio de su deuda pública sigue siendo mayor que otros países con ratings similares pese a haberse reducido.
Por otro lado, añade que el rating de España es menor que el de otras grandes economías avanzadas debido a los "relativamente grandes riesgos" para su solvencia que representa su ajuste económico y financiero dentro de la eurozona.
Capacidad de financiación
Por otra parte, subraya que España ha demostrado su resistencia y flexibilidad financiera durante la crisis, y que el plazo medio de su deuda pública sigue siendo mayor que en otros países con ratings similares pese a haberse reducido recientemente. Así, añade que si España recurre a la ayuda del Banco Central Europeo (BCE), la petición en sí misma no tendrá ningún impacto en la nota.
En esta línea, explica que el actual rating está basado en que España mantendrá su acceso al mercado y en que el Gobierno pediría ayuda a sus socios europeos en el momento adecuado en caso de que sea necesario para evitar tensiones innecesarias en la liquidez.
Por otro lado, añade que el rating de España es menor que el de otras grandes economías avanzadas debido al gran riesgo que representan para su solvencia el ajuste económico y financiero dentro de la eurozona. "Las perspectivas de crecimiento son inciertas, todos los sectores de la economía están relativamente endeudado y el desempleo es excepcionalmente alto", agrega.
Cambios en el rating o la perspectiva
Respecto a la perspectiva 'negativa', indica que existen varios factores de riesgo que podrían llevar a una rebaja de la calificación, como que el país no logre situar el ratio de deuda pública en una senda descendente en el medio plazo o que haya una mayor incertidumbre sobre el mantenimiento de la postura de España en política económica y fiscal.
Asimismo, considera un riesgo que se produzca una recesión más larga y profunda de lo que se prevé, lo que socavaría los esfuerzos de consolidación fiscal y empeoraría la calidad de los activos de la banca más de lo que se anticipa.
En esta línea, advierte de que también podría provocar una rebaja de la calificación un "deterioro sostenido" de las condiciones de financiación como consecuencia de una intensifciación de la crisis de la eurozona. "Esto se contagiaría a un endurecimiento de las condiciones de crédito para el sector privado y en una recesión más profunda", remarca.
Por el contrario, añade que podría cambiar la perspectiva a 'estable' si se produce una perspectiva más segura de una sostenida recuperación económica que lleve a una estabilización del mercado laboral y a unas mejores dinámicas fiscales.
Asimismo, también mejoraría el rating de España si existen más evidencias de que la estrategia fiscal del Gobierno provoca una reducción sustancial del déficit en 2012 y 2013, lo que reduciría los riesgos en las perspectivas del ratio de deuda. Además, consideraría "positivo" una mejora de la competitividad internacional de España y la implementación de reformas que mejoren el crecimiento.