Los asistentes a la Comisión de Economía del Congreso que se celebró el martes tardarán mucho en olvidar la intervención de la representante de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Ada Colau. La invitada no dejó títere con cabeza en sus declaraciones. En su discurso, adornado con insultos varios a los asistentes, llegó incluso a amenazar con un "zapatazo" al secretario general de la Asociación Española de Banca (AEB), en una clara referencia a Muntazer al-zaidi, el reportero que arrojó sus zapatos al expresidente de EEUU George W. Bush en 2008.
La comparecencia empezó mal. A Ada Colau no le gustó el horario que le habían otorgado los organizadores para intervenir en la comisión parlamentaria que discute la reforma de la ley hipotecaria. "Avisé a la secretaria técnica de que no vivo en Madrid y de que si me ponía antes me podría volver a mi casa hoy y no lo ha hecho".
La labor de la representante de la PAH en la comisión era aportar sus posibles soluciones para paliar los desahucios de vivienda por impago de hipoteca, pero consiguió que ese punto quedara en un segundo plano gracias a sus polémicas declaraciones.
La primera idea que quiso dejar claro Colau es que si alguien piensa que los ciudadanos españoles son libres a la hora de decidir si quieren firmar una hipoteca o no, se equivocan. "En esta país no es verdad que haya sido una libre opción de la ciudadanía el hecho de hipotecarse. En España, a diferencia de otros países, todo te llevaba a comprar una vivienda, que no es un capricho. Se jugó con las necesidades básicas de las personas y se hicieron unas políticas públicas que llevaron a que la única opción que le quedaba a los ciudadanos para adquirir una vivienda fuese el sobreendeudamiento porque el alquiler no era una alternativa real".
En esta primera idea, la invitada no hizo ni una sola mención a la responsabilidad individual del comprador. "Las entidades financieras redactaban los contratos y lo tomabas o lo dejabas", señaló.
Además, negó que la dación en pago suponga un gran riesgo financiero e incluso un perjuicio para la mayoría de españoles. En este sentido, alertó de que España no saldrá de la crisis si se expulsa a los ciudadanos que sufren una ejecución hipotecaria del sistema, ya que supondría "la muerte financiera de las personas."
"Cínico y criminal"
El secretario general de la Asociación Española de Banca (AEB), Javier Rodríguez Pellite, fue el primer blanco de Colau, quien no dudó en tildar de "cínico y criminal" al portavoz de la banca, que intervino poco antes en la comisión a modo de experto financiero. "Tengo que escuchar las voces de supuestos expertos a los que se le está dando demasiado crédito. Experto por no decir cínico, como el representante de las entidades financieras que acaba de intervenir", indicó Colau.
En su discurso, hizo mención a los suicidios que han causado, presuntamente, los desahucios, culpando de esta tragedia a la normativa vigente. "Decir que la Ley hipotecaría es estupenda cuando hay personas que se están quitando la vida como consecuencia de la Ley es criminal", aseguró.
Y aquí es, precisamente, cuando Ada Colau perdió los papeles: "Les aseguro que no le tiraba un zapato a este señor [en referencia a Pellite] porque creo que es más importante que me quede aquí y que me escuchen. Este señor es un criminal y deberían tratarle como tal. Son esta misma gente la que han causado el problema y vosotros les están tratando de expertos", indicó.
Fue entonces cuando el presidente de la comisión, Santiago Lanzuela, le reclamó -sin éxito- que retirase sus calificativos sobre el representante de la AEB. También le recordó que, "aunque en el Congreso la libertad de expresión es una regla de oro, hay límites", y no hay "diferencias de criterio por muy abismales que sean" que justifiquen esas "gravísimas ofensas".
Pero Colau no sólo se negó a retirar los insultos sino que los justificó. "Pellitero ha negado el problema y ha despreciado e insultado a quienes los sufren. Hay muchas formas de violencia y de desprecio, y a la gente con la que yo estoy cada día nos ha ofendido profundamente", respondió.
Amenazas a los diputados
Otro de los momentos de tensión del discurso fue cuando Colau se dirigió a todos los diputados y les dijo que los ciudadanos "señalarán en la calle" a quienes no apoyen las exigencias "de mínimos" recogidas en la iniciativa legislativa popular (ILP) sobre dación en pago. "Algunos lo hemos visto como si nos amenazasen. Los diputados, en su libertad de conciencia, votarán lo que crean conveniente, pero le rogaría que no nos amenace", le advirtió Lanzuela.
Tras la polémica intervención de Colau, el diputado de Izquierda Plural Joan Coscubiela fue el único asistente que salió en su defensa. El Congreso "en ocasiones se tira mucho de los pelos cuando oye algunas palabras y muy poco cuando ve el sufrimiento de la gente", argumentó.