Los hombres de negro han estado estaban este lunes en Madrid. No se les ha visto mucho, pero han venido. Acompañaban a Olli Rehn, comisario europeo de Asuntos Económicos, que se ha acercado a la capital de España para reunirse con Luis de Guindos y analizar en profundidad la situación real de la economía española. ¿El diagnóstico? Pues de cara al público, todo han sido buenas palabras: las reformas van por el buen camino, el Gobierno está haciendo un buen trabajo, este año será el comienzo de la recuperación y puede que, incluso, haya más margen para los objetivos de reducción del déficit.
Otra cosa será lo que el enviado de Bruselas le haya dicho en privado. Por lo pronto, en la rueda de prensa conjunta que han ofrecido minutos antes de su vuelta a la capital belga, el comisario europeo le ha lanzado al ministro de Economía un par de mensajes de calado: hay que seguir con las reformas y España no se puede descuidar en el cumplimiento de los objetivos de déficit.
¿Una prórroga?
En lo urgente, el Gobierno sí que ha debido de respirar tranquilo tras la visita de Rehn. El finlandés ha insinuado que si se siguen haciendo las cosas como hasta ahora, podría haber un cierto margen con el cumplimiento de los objetivos de déficit. En teoría, España tendría que volver al nivel del 3% de déficit en 2014 (tras cerrar 2013 por debajo del 4,5%), pero ya casi nadie confía demasiado en que lo consiga.
Por eso, Rehn ha afirmado que aunque "las finanzas publicas sólidas son un elemento esencial para sentar las bases de una recuperación sostenible", el ritmo de ajuste fiscal no es el mismo para cada país, sino que debe estar en función "de las condiciones de crecimiento y de la sostenibilidad a medio plazo". En este sentido, ha apuntado, si la economía sufre "un deterioro" importante, desde la Comisión podrían "proponer una nueva prórroga".
¿Y cuándo sabrá el Gobierno el margen de que dispone? En esto Rehn ha sido más esquivo y lo ha zanjado diciendo que se evaluará "la situación a lo largo del año", poniendo como primera cita la reunión de febrero en la que la Comisión establecerá sus previsiones macro para este ejercicio. Eso sí, aunque se eleve algo el límite de déficit, el Comisario ha dejado claro que España "no puede descuidar" la senda del equilibrio fiscal. Un aviso para navegantes de que desde Bruselas se está atento a que no vuelvan a producirse alegrías presupuestarias como las del pasado.
Más reformas
El segundo mensaje que Rehn ha lanzado al Gobierno ha sido incluso más contundente. El comisario europeo ha apoyado las medidas de política económica aprobadas en el último año (qué otra cosa podía hacer en público), pero ha repetido al menos tres veces en su breve presencia ante la prensa que no son suficientes y que serán necesarias más reformas para poner a la economía española a crecer a un ritmo sostenido.
En este sentido, Rehn ha dicho que es "fundamental" que la reforma laboral vaya "acompañada de políticas de ayuda y formación a los desempleados"; es decir, reformar los servicios públicos de empleo, algo que todos los expertos piden y ningún Gobierno se atreve a hacer.
Metiéndose de lleno en el debate de moda, Rehn ha unido austeridad y crecimiento, asegurando que "la consolidación fiscal es un factor crítico que repercute en el crecimiento económico a corto y largo plazo". Eso sí, ha advertido de que para conseguir este equilibrio presupuestario hay que realizar "una combinación que permita el crecimiento", con aumentos de impuestos, recortes y reformas: "Es difícil una regla exacta. La mejor receta incluye recortes de gasto permanentes y aumentos de impuesto para estabilizar la situación a corto plazo". Sin embargo, el comisario ha dejado claro que "esto no debe ser un pretexto para no llevar a cabo de programa de reformas" que ha repetido que todavía no está terminado.