La cantidad total aflorada gracias a la Declaración Tributaria Especial, la conocida como amnistía fiscal, se eleva hasta los 40.000 millones de euros, el equivalente a cuatro puntos del PIB. Así lo ha afirmado durante su intervención ante la Comisión de Hacienda del Congreso Cristóbal Montoro, que ha acudido a petición propia para dar cuenta de los resultados del proceso de regularización tributaria y de los ingresos no financieros del Estado en 2012.
El ministro de Hacienda ha defendido que lo que se ha producido no es una amnistía fiscal, sino un proceso de regularización que ha permitido aflorar bienes y derechos "hasta ahora ocultos". En su opinión, el proceso ha sido un éxito, puesto que se ha conseguido que estén al alcance de la Agencia Tributaria bienes que hasta ahora estaban ocultos y que desde este momento tributarán de forma ordinaria, lo que contribuirá a "sostener los ingresos del Estado e incrementar la fiabilidad de las cuentas públicas. Esta regularización va a ayudar a que los que hoy pagamos impuestos mañana paguemos menos porque hay más gente pagando".
En este sentido, el ministro ha precisado que los 40.000 millones aflorados han sido el resultado de las declaraciones extraordinarias de 29.065 personas físicas y 618 personas jurídicas, cuyas identidades se conocen "a diferencia de lo sucedido en otros procesos especiales de regularización" como el de 1991, cuando la amnistía fiscal del Gobierno socialista permitía "ocular a los titulares".
El titular de Hacienda ha equiparado la amnistía fiscal a las declaraciones complementarias que de forma habitual utilizan los ciudadanos para aportar "datos que, por la razón que fuere, no hubieran sido declarados". "Eso se puede hacer en cualquier momento y en cualquier circunstancia, en España y en todos los países desarrollados del mundo", ha proclamado. "Cuando se crea un mecanismo extraordinario de regularización es para que tenga unas características determinadas, y lo que busca es incentivar el cumplimiento voluntario de aquéllos que habían ocultado bienes y derechos a la Hacienda pública al establecer una menor tributación efectiva. Es para abaratar el mecanismo de tributación ordinaria y estimular y facilitar que quienes no habían declarado lo hagan", ha zanjado el ministro.
La recaudación
Eso sí, sólo se han recaudado unos 1.200 millones, aproximadamente el 3% de esos 40.000 millones. Como se ha hablado mucho de que el tipo de regularización era del 10%, la cantidad final recaudada ha generado mucha controversia. Si finalmente el porcentaje ha sido inferior es porque Hacienda sólo ha cobrado por las rentas generadas en los años no prescritos (es decir, desde 2008). Esto quiere decir que aquéllos que tenían dinero negro (o bienes ocultos) en el extranjero han podido traerlos a España y regularizarlo, pero sólo han pagado impuestos por aquella parte en la que el delito fiscal no había prescrito, unos 11.900 millones de euros.
Eso sí, la amnistía se refería sólo a IRPF e Impuesto de Sociedades. Las rentas afloradas sí estaban obligadas a pagar por Patrimonio o IVA, algo que, sobre todo en el primer caso, ha permitido que llegasen algunos ingresos extra a las CCAA a través de declaraciones complementarias, algo muy celebrado por unos gobiernos regionales que tienen las cuentas públicas al límite.
Por ejemplo, si un contribuyente quería aflorar 1.000 millones de euros y era capaz de demostrar a Hacienda que 700 de esos millones ya los tenía en 2007, entonces sólo pagaba el 10% de los 300 millones restantes. Por lo tanto, pagaba 30 millones de euros sobre una cantidad total regularizada de 1.000 millones, un 3%.
Esta tarde, Carlos Cruzado, presidente de los Técnicos de Hacienda (Gestha) ha sido entrevistado por Dieter Brandau en Es Noticia y ha explicado que "la parte aflorada por la que se ha tributado han sido 11.000 millones. El resto afloran sin ningún pago. Eso es así porque la Intervención General de Tributos ha admitido que los patrimonios generados con anterioridad al plazo de prescripción sólo afloraban", pero no tributaban. Según los cálculos de Gestha, los 1.191 millones efectivamente recaudados sólo suponen el 6,7% de la evasión fiscal total producida entre 2008 y 2010.