La Audiencia Nacional ha dejado este martes en libertad al informático italo-francés Hervé Falciani, que reconoció haber robado datos del banco HSBC Private Bank de Suiza con el objetivo de identificar a 130.000 presuntos evasores fiscales.
El empleado de banca abandonará la prisión de Valdemoro, en Madrid, en las próximas horas después de permanecer internado desde el pasado 1 de julio a la espera de ser extraditado al país suizo.
El auto de libertad, firmado por los magistrados Fernando García Nicolás, Ángel Hurtado y José Ricardo de Prada, la Sala ha valorado el criterio del Ministerio Fiscal que se mostró a favor de la excarcelación de Falciani ya que "ha colaborado y sigue colaborando con las autoridades de varios países de la Unión Europea tanto en las investigaciones financieras como tributarias, de blanqueo de capitales, financiación de terrorismo y corrupción".
Pese a haber decretado su libertad, la Audiencia obliga a Herve Falciani a comparecer cada tres días en la comisaría de policía más próxima a su domicilio, a establecer residencia permanente en España con obligación de comunicar cualquier cambio del mismo y a entregar su pasaporte con prohibición de salir del país. El informático también debe facilitar un número telefónico para ser localizado de forma permanente.
Los hechos se remontan al periodo comprendido entre febrero de 1997 y diciembre de 2007, cuando el reclamado trabajaba de informático del banco HSBC Private Bank, en la sucursal de Ginebra (Suiza), y aprovechó esta situación para extraer gran cantidad de datos de clientes del sistema informático del banco, informa Efe.
Delató a los evasores fiscales
El 4 de febrero de 2008 el acusado se presentó en el Banco AUDI de Beirut con el fin de negociar la venta de los datos sustraídos. Posteriormente, en julio de ese año, Falciani transmitió a un agente del fisco francés una lista de siete clientes franceses del HSBC, lo que inició un proceso de transmisión de datos a las autoridades francesas.
La lista, que incluye el nombre de 659 presuntos evasores españoles, incluida la familia Botín, es conocida como Lista Lagarde, ya que Falciani la entregó a Christine Lagarde, que la compartió con sus colegas europeos. Gracias a esos expedientes, Francia pudo identificar a unos 3.000 contribuyentes que evadieron impuestos y otros países también tuvieron acceso a información sobre nacionales incluidos en la base de datos robada.