El Gobierno recurrió al mantra de que "lo importante son las reformas" para admitir en privado que, con mucha probabilidad, no podrá cumplir con el objetivo de déficit público, situado aún hoy formalmente en el 6,3% del PIB. No en palabras de Mariano Rajoy, que se negó a hacer declaraciones al respecto, emplazando a su rueda de prensa del 28 de diciembre. Pero sí su equipo económico más directo, que usó abiertamente la cifra del 7%.
Aunque los datos no son públicos todavía, el Ejecutivo tiene ya una estimación de cómo quedará el ejercicio del año 2012. Y "por unas décimas" no se alcanza la cifra comprometida con Bruselas, que ha ido revisando al alza su petitoria toda vez España debía cerrar el curso con el 4,4% de déficit. Lo importante, insistieron los ministros consultados, no está "en el dato en sí" sino "en la senda" que Rajoy tomó hace ahora un año.
Así, el Gobierno destiló la idea de que no habrá tirón de orejas por parte de la Unión Europea. Más al contrario, que los actores internacionales clave saben de la situación real de las cuentas españolas, y que ya han dado su plácet a la desviación. "Yo me escudo en lo dicho Olli Rehn", ironizó un miembro del gabinete, en relación a las palabras del comisario de asuntos económicos y monetarios afirmando que España "ya ha cumplido" con sus compromisos.
El entorno del presidente se sirve del espaldarazo comunitario -y especialmente de las palabras de aliento de Rehn, siempre un duro hueso de roer- para asegurar que la UE entiende los esfuerzos acometidos, confía en el mandato del PP y por eso hará la vista gorda si el déficit escala al 7%. De hecho, "ya han dicho que hemos hecho las reformas necesarias para 2012 y para 2013", inciden, a pesar de que esto -en voz de Durao Barroso, presidente de la Comisión- ya se afirmaba incluso antes de que el Ejecutivo se viera en la obligación de tocar las pensiones, cumpliendo ipso facto su última promesa electoral vigente.
"Cataluña y otros no cumplen"
Dicho lo cual, en el Ejecutivo también admiten que no es momento de dormirse en los laureles. Y esto significa vigilar muy de cerca a las comunidades autónomas, y seguir presionando. "Cataluña no está cumpliendo. Y muchos otros tampoco", confirma el Ministerio de Hacienda. En este sentido, el Gobierno recuerda que las comunidades se comprometieron a rebajar al 1,5% su déficit el pasado mes de abril, cuando entregaron sus programas de ejecución.
"Está todo escrito. No es que ahora se hayan dado cuenta de que tienen que recortar", inciden, en respuesta al presidente en funciones de la Generalidad catalana, Artur Mas, que "dice ahora" que tiene que recortar otros 4.000 millones de euros. "Eso ya lo sabía antes", se queja un miembro del Gobierno, poniendo de manifiesto el daño que ha supuesto que la región -motor económico nacional- haya vivido a medio gas por culpa del periodo electoral.
Según el calendario con el que trabaja Moncloa, antes de abril del próximo año ya estarán remitidos a Eurostat todos los datos de déficit del ejercicio. Aunque la comunicación es permanente, como también las preguntas acerca de cómo se están comportando las diferentes regiones. "Os leen a vosotros y se preocupan", ironiza un ministro.
El Gobierno asegura que "hará cumplir" la Ley de Estabilidad Presupuestaria, y que ésta permite la intervención de una comunidad en caso extremo. Pero, aseveran que tal caso no se llevará a cabo si una región no llega al 1,5%, pero sí está "en la senda" y haciendo ajustes. "No vamos a hacer su trabajo. La comunidades tienen la obligación de hacer los deberemos como todos los estamos haciendo".
De todo esto Rajoy tan solo reiteró que el principal problema que tiene hoy España es el brutal endeudamiento, y de ahí su prioridad de "no gastar lo que no tenemos", como suele decir de forma permanente. El presidente tendrá que dar la cara por la más que posible desviación la próxima semana, en el último Consejo Europeo del año. Antes, Luis de Guindos le habrá hecho la cama al tener varias citas en la capital comunitaria.