
En los tiempos que corren, todo ahorro es bienvenido. La compra de coches de segunda mano ha aumentado en este último año. El número de coches de segunda mano vendidos duplicó al número de automóviles nuevos vendidos durante todo el 2011. Con este aumento no es de extrañar que también se incrementen las ventas de aquellos vehículos que no están en perfecto estado, y las perspicacias de los clientes no se hacen esperar.
Es importante contar con un buen manual de consejos a la hora de comprar un vehículo de segunda mano, al mismo tiempo que sepamos comparar con acierto el tipo de seguro al que asociar estos coches.
Coches de segunda mano, de ocasión, de kilómetro cero, todo vale para ahorrarnos dinero en la compra de un vehículo. La regla básica es que el vehículo esté en buenas condiciones y analizar cualquier desperfecto que pudiese tener.
¿En qué nos debemos de fijar? Una de las primeras cosas que tendremos que hacer es atender a la parte visible del coche. Su exterior no debe presentar ninguna ralladura o golpe importante. La pintura es un aspecto muy a tener en cuenta, no debe haber ninguna marca significativa de óxido. En cuanto a los neumáticos, si están desgastados más los de delante que los de atrás, puede significar un problema de dirección en el vehículo.
Si los discos de freno están oxidados no es síntoma de problema, sino señal de que el coche ha estado parado mucho tiempo. En el momento de probarlo los discos se limpiarán ellos solos.
Habrá que probar la suspensión apoyándonos sobre el coche. Al mismo tiempo, se revisarán los pilotos, faros y luces. También es importante revisar el aspecto de la tapicería interior, ya que su reparación es costosa, así como el anclaje de los cinturones de seguridad.
Las muestras de posibles accidentes del automóvil pueden detectarse al cerrar las puertas, el capó y el maletero, que debe hacerse sin holguras. Por otro lado, las señas de identidad de un coche gastado que ha hecho bastantes kilómetros, se observará también en el desgaste de los pedales de freno y acelerador, así como el en el brillo del propio volante.
La primera prueba de conducción debería hacerla el propietario del vehículo, ya que los "vicios" del conductor pueden encubrir posibles problemas o desgastes en el coche. Cuando nos pongamos nosotros al volante, debemos acelerarlo, revolucionarlo y probar todas las marchas, para asegurarnos de la respuesta del motor, así como probar los frenos a diferentes velocidades.
Seguros para coches de segunda mano
Las compañías aseguradoras nos dan a elegir dos tipos de seguros: a todo riesgo y a terceros. Cuando hablamos de un coche nuevo, parece que lo más lógico es contratar un seguro a todo riesgo pero, ¿qué pasa cuando se trata de un coche de segunda mano?
Cuando el vehículo tiene más de diez años las aseguradoras ven más difícil este tipo de seguro de coche ya que, a mayor edad, más probabilidad de que el coche presente algún problema técnico. Lo más habitual es contratar una póliza a terceros ampliada, es decir, que incluya robo, lunas e incendios. De todas maneras, si el vehículo de segunda mano es relativamente nuevo, no habrá inconveniente en asegurarlo a todo riesgo, con o sin franquicia. En cualquier caso, la compañía enviará un perito para cerciorarse del estado real del vehículo. Si éste presenta fallos o características que muestren problemas técnicos inmediatos, la aseguradora rechazará la opción a todo riesgo y tendremos que contratar un seguro a terceros.
Pinche para seleccionar el seguro de coche a su medida