La nueva Bankia ya está oficialmente en marcha tras la aprobación por parte de la Comisión Europea de los planes de reestructuración de las entidades españolas que han recibido ayudas públicas. Ahora, la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri tiene por delante un complicado camino, marcado por la presencia mayoritaria del Estado en su accionariado y en el que tiene un objetivo claro, según ha asegurado su presidente este miércoles en Madrid: "Generar valor para que se pueda devolver a los contribuyentes" el dinero que han puesto en el banco.
Tras conocer los planes de reestructuración de Bankia, la entidad se ha desplomado en bolsa un 9,34% liderando las caídas del Ibex 35.
¿Qué es lo que se ha presentado hoy?: cuando la UE accedió al rescate financiero pedido por el Gobierno español (los 100.000 millones que se anunciaron antes del verano), puso como condición que la Comisión Europea tendría la última palabra sobre si se podía entregar ese dinero o no a las entidades que lo necesitasen. Este miércoles por la mañana, Joaquín Almunia, comisario de Competencia ha anunciado los planes de reestructuración de los cuatro bancos intervenidos (Bankia, Catalunya Caixa, Banco de Valencia y Novagalicia). Lo que un par de horas después ha presentado José Ignacio Goirigolzarri no es más que el Plan pactado (o impuesto, según como se mire) con Bruselas.
¿Cuánto dinero pone el Estado?: la conclusión a la que se ha llegado es que la entidad era insolvente y, por lo tanto, es necesario que el Estado ponga dinero para evitar su quiebra. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) ya ha puesto 4.500 millones de euros y pondrá 13.500 millones más en los próximos meses. En total, será una inyección de casi 18.000 millones de euros de dinero público.
¿Cómo queda la entidad tras esta inyección?: a pesar de que se habla mucho de "ayudas", en el caso de Bankia-BFA lo que está ocurriendo es que el Estado está comprando la mayoría de las acciones de la entidad. Desde junio, ya posee el 100% del capital de BFA. A su vez, BFA posee aproximadamente el 48% de las acciones de Bankia.
Tras la nueva inyección de dinero público -esos 13.500 millones que llegarán a través de una ampliación de capital- y la entrada en el capital de la entidad de los poseedores de preferentes y subordinadas (ver debajo), el Estado tendrá no sólo el 100% de BFA sino una amplísima mayoría en el capital de Bankia, aunque la cifra final todavía no se sabe, puesto que dependerá de muchos factores, entre otros la evolución del mercado en los próximos días.
¿Se recuperará el dinero público?: ésta es la pregunta del millón. Como decíamos antes, la aportación de dinero del Estado no es en forma de ayuda que la entidad tenga que devolver, sino en forma de capital. Esto quiere decir que para recuperar su dinero lo que tiene que hacer es vender las acciones a alguien que se las quiera quedar. Si hay o no negocio dependerá del precio de venta: si es superior a los 18.000 millones, el contribuyente español saldrá ganando.
Los nuevos dirigentes de Bankia afirman que su principal objetivo es sanear la entidad para que vuelva a ser atractiva para los inversores. De hecho, Goirigolzarri ha asegurado este miércoles que se va a "dejar la vida" para "generar valor", lo que permitirá "devolver el dinero de los contribuyentes".
En cualquier caso, en Bankia quieren dejar muy claro que el esquema que se ha seguido con ellos ha sido muy diferente al de la CAM o el Banco de Valencia. En estos dos casos, el Estado ha puesto dinero a fondo perdido para sanear su balance (cubrir las pérdidas) y luego le ha entregado las dos entidades a quien se ha querido quedar con ellas; en un caso el Sabadell y en otro La Caixa. Pero el dinero puesto no se recuperará: han sido unos 6.000 millones de euros en el primer caso (más garantías frente a pérdidas) y unos 4.500 millones en el segundo.
¿Qué pasa con los accionistas y los que tengan preferentes?: en ambos casos, perderán dinero. Los accionistas verán diluirse, con la ampliación de capital, el valor de su participación aún más de lo que ya ha ocurrido desde que la entidad salió al parqué en julio de 2011, a 3,75 euros por acción. De hecho, el mercado ya ha descontado todos estos movimientos y los títulos de Bankia cotizaban este miércoles en la Bolsa de Madrid a 0,96 euros.
Tampoco es un día feliz para los que compraron preferentes o deuda subordinada. El plan pactado con Bruselas prevé que parte de la capitalización se haga a través del canje de títulos, con un descuento: 61% para preferentes, 54% para deuda subordinada perpetua y 86% para deuda subordinada con vencimiento. Por ejemplo, alguien que tenía 10.000 euros en preferentes, recibirá 6.100 euros en acciones de Bankia (al valor actual, eso sí). Goirigolzarri ha apuntado que aún quedan por cerrar algunos detalles en este tema, pero que estas acciones serán "completamente líquidas", lo que quiere decir que el que quiera podrá venderlas al día siguiente de recibirlas.
¿Cómo afectará a los clientes?: en principio no debería tener ninguna repercusión sobre los clientes de Bankia, más allá de que en el plan de reestructuración cierren la sucursal de al lado de su casa. De hecho, tras la inyección de dinero público, la entidad es mucho más solvente que antes. Si había alguien preocupado por la seguridad de sus ahorros (aunque ya estaban protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos), a partir de este miércoles puede estar mucho más tranquilo si cabe.
El plan de ajuste: de lo que más se ha hablado este miércoles es del plan de reestructuración de la entidad. Goirigolzarri ha anunciado que se cerrarán unas 1.100 oficinas (el 39% de las existentes) y se reducirá el número de empleados en unos 6.000 (el 28% del total). Esto último no quiere decir que se vaya a producir ese número de despidos. El presidente de Bankia ha asegurado que será una cantidad "sensiblemente inferior" y que la mayoría de las bajas llegarán de venta de filiales (el comprador se quedará con la plantilla) y otro tipo de fórmulas, como outsourcing (es decir, que el proveedor de determinados servicios se queda con parte del equipo del banco para el que trabaja).
La recapitalización: en el escenario adverso de los ejercicios de Oliver Wyman, las pérdidas esperadas de la entidad alcanzarán los 42.700 millones y de 1.800 millones más de buffer de capital. Como ya ha generado 19.800 millones en provisiones, esto deja unas necesidades de capital de 24.700 millones (se quedan en 24.500 tras el traspaso de activos a la Sareb). De este dinero, la entidad generará unos 6.500 millones con el canje de las preferentes, subordinadas y vía ROF (Resultado de Operaciones Financieras). Así, quedan los 18.000 millones que pondrá el Estado y que le llevarán a ser, con mucha diferencia, el máximo accionista de la entidad.