YPF abre una puerta para negociar con Repsol. El Gobierno peronista de Cristina Fernández de Kirchner expropió YPF, la joya de la corona de Repsol, el pasado mes de abril, de forma totalmente arbitraria e ilegal, ya que rechazó indemnizar a la petrolera española mediante el pago del obligado justiprecio. Sin embargo, esta violación explícita de la seguridad jurídica no ha quedado sin castigo.
YPF, ahora en manos -de nuevo- del Estado argentino, necesita inversiones por valor de 37.000 millones de dólares hasta 2017 para explotar el yacimiento de Vaca Muerta, según el plan estratégico presentado por la compañía. El problema es que los inversores internaciones desconfían del Gobierno de Kirchner tras el robo cometido a Repsol, lo cual está dificultando hasta el extremo captar financiación en los mercados. YPF, dirigido ahora por Miguel Galuccio, confía en recaudar 20.000 millones con recurso propios; 12.000 millones en el mercado; y el resto de un socio estratégico.
La clave es cómo recaudar esos 17.000 millones de dólares extra. Dado el riesgo que presenta la inversión -la constante amenaza expropiatoria de Kirchner-, el mercado está dispuesto a prestar dinero a YPF, pero sólo a tipos de interés muy altos (de hasta el 20% anual). Lo mismo sucede con respecto a la llegada del socio estratégico, ya que es difícil que otra petrolera entre, tanto por el riesgo existente como por las iniciativas legales que puede plantear Repsol. En las últimas semanas, el propio Galuccio ha confesado en privado que "me interesa mucho que se termine con eso. Es muy complicada la gestión en el exterior con semejante tema abierto".
La única solución pasa por zanjar el problema Repsol pagando el obligatorio justiprecio por la expropiación de su filial argentina YPF. En el mercado se baraja una cifra próxima a los 10.000 millones de dólares, aunque el Gobierno de Kirchner confía en pagar una cuantía menor. Pero, al menos, a diferencia de lo que se anunció tras el expolio, la Casa Rosada parece que empieza a ser consciente de la necesidad de negociar con Repsol una solución.
Según fuente oficiales consultadas por el diario argentino La Nación, tanto los funcionarios de Kirchner como los nuevos ejecutivos de YPF coinciden en este punto: poco se podrá hacer por YPF si antes no se cierra el capítulo Repsol, indican; la negociación no tardará en abrirse; "tengan la plena seguridad de que vamos a tratar de cerrar ese capítulo. Habrá que buscar el momento apropiado, pero tenemos que avanzar con Repsol para encaminar a YPF definitivamente. Gran parte de la gestión de la empresa va tras ese objetivo", según una fuente con acceso directo a Kirchner.
Desde España, fuentes de Repsol señalan que "siempre tuvimos vocación de diálogo; los que jamás quisieron negociar fueron ellos. Pero que quede claro: es una cuestión de dinero, y la verdad es que no sabemos de dónde podría sacar el Gobierno esa cantidad de dinero".
Por el momento, no hay ninguna negociación en marcha. Sin embargo, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, señaló la semana pasada que "no hay un solo día que no haya conversaciones sobre ese asunto entre el Gobierno argentino y el español, aunque siempre con discreción. Yo espero que tengamos una solución relativamente pronto".
Si no se llega a un acuerdo, a YPF sólo le quedaría una opción para explotar su yacimiento con mayor potencial: reducir de forma sustancial la inversión prevista y endeudarse a costes financieros desorbitados, en un momento en el que las empresas de países vecinos pagan apenas un tercio de lo que el mercado exige a YPF. Algo insostenible a medio plazo.
Repsol gana, YPF pierde
Otro efecto inmediato de la expropiación es la divergencia de resultados que están cosechando ambas compañías. El primer trimestre de actividad separada de Repsol, la petrolera argentina ha ganado un 51% interanual menos, mientras que la española ha incrementado sus beneficios un 36% (hasta los 760 millones). De hecho, si se compara el resultado de Repsol con la propia Repsol sin YPF en 2011, las ganancias suben un 87%.
La petrolera española ha logrado elevar un 20% la producción de hidrocarburos en el trimestre, gracias a la reanudación de la actividad en Libia y a la mejora del resultado en Bolivia y en Estados Unidos. Además, ha mejorado sus márgenes. Lo contrario sucede en YPF, ya que apenas ganó 126 millones de euros en el tercer trimestre del año, un 51% menos que en el mismo periodo de 2011.