Si bien aún se desconocen los detalles del proyecto, las líneas generales del último anuncio del Gobierno no están exentas de polémica. El Ejecutivo estudia cambiar la Ley de Extranjería para otorgar el permiso de residencia a los extranjeros que adquieran una vivienda en España por importe superior a 160.000 euros, según ha revelado este lunes el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz.
Durante su intervención en un desayuno informativo, García-Legaz ha explicado que esta iniciativa está especialmente enfocada al mercado ruso y chino y que el cambio normativo se pondrá en marcha en "algunas semanas". El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha matizado el anuncio. Según ha dicho, la decisión aún no está tomada, pero ha subrayado que el Ejecutivo desea que el "stock" de viviendas existente salga a la venta a precios razonables. Tras recordar que, después de diecisiete meses de caída, la venta de viviendas en agosto y septiembre ha mejorado, Rajoy ha dicho: "Necesitamos vender esas viviendas y que el sector pueda salir adelante". El Gobierno está estudiando esta medida que ya existe en otros países como Italia, Portugal, Irlanda y EEUU.
El problema es que dicho mensaje entra en contradicción con algunas de las últimas medidas fiscales aprobadas por el Ejecutivo. Así, mientras pretende incentivar la venta de inmuebles a particulares extranjeros concediéndoles el permiso de residencia permanente en España, las últimas subidas fiscales encarecerán la compra de pisos a los españoles. El Gobierno eliminó la deducción fiscal por compra de vivienda habitual en el IRPF a partir del próximo 1 de enero.
Es decir, los españoles que a partir de esa fecha compren un piso no podrán deducirse parte de la hipoteca en su declaración de la renta. Además, también a partir del 1 de enero, el pago de IVA por vivienda habitual pasa del 4% (superreducido) al 10% (reducido), lo cual también encarecerá la compra. Por último, si el objetivo es reducir el abultado stock de pisos, la experiencia demuestra que la mejor estrategia es permitir y facilitar el libre ajuste de precios que marca el mercado.
Críticas desde la oposición
El anuncio de Legaz ha sido criticado desde la oposición socialista, que lo ha calificado de inverosímil, aunque más allá ha ido la portavoz de UPyD, Rosa Díez, que ha acusado al Gobierno de poner España "en venta, al mejor postor". Varias asociaciones de inmigrantes han calificado la medida discriminatoria. Desde el PSOE, su vicesecretaria general, Elena Valenciano, ha considerado que no parece verosímil la propuesta y ha señalado que hay fórmulas más rigurosas.
El secretario de Estado de Comercio ha precisado que el precio mínimo de 160.000 euros es un "nivel equilibrado que tampoco daría lugar a una demanda masiva de permisos de residencia", ya que un precio inferior, ha asegurado, podría servir de "excusa" para obtenerla.
Según ha explicado, este martes habrá una reunión con los ministerios implicados para tratar este cambio normativo con el que el Ejecutivo pretende impulsar la demanda externa de vivienda, en un momento en el que la demanda nacional está paralizada y apenas se da salida al excedente de pisos construidos sin vender.
García-Legaz ha asegurado que hay "muchísima" demanda del sector inmobiliario fuera de España y ha puntualizado que el mercado de viviendas español ofrece una situación "muy atractiva" ante la caída considerable que ha tenido en los precios. Asimismo, ha valorado la competitividad de este sector por su proximidad al resto de países europeos y la estabilidad política y jurídica que ofrece a los extranjeros.
El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, ya avanzó el pasado 14 de noviembre en el Congreso de los Diputados que el Gobierno está acelerando los permisos de residencia para extranjeros que adquieren propiedades inmobiliarias en España.
Los destinatarios
El anuncio del Gobierno concuerda con el desplome que ha supuesto la compra de inmuebles entre extranjeros no residentes en España. Según datos del Ministerio de Fomento, al tiempo que las ventas se desplomaban en el mercado español, las operaciones con extranjeros caían un 85,5% desde el comienzo de la crisis.
A lo largo del primer semestre de este año sólo se han vendido 1.363 viviendas a extranjeros no residentes en España, muy lejos de las 9.407 que se vendieron en el mismo periodo de 2006, antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
Sin embargo, si comparamos este semestre con el mismo periodo de 2011, la compra de viviendas por no residentes ha repuntado un 12,7%. Con la medida, el Gobierno pretende acentuar esta tendencia.