Después de escuchar algunas opiniones de presuntos expertos en economía laboral, da la impresión de que el desempleo es prácticamente inexistente en Alemania, debido a que todo el mundo allí tiene minijobs y que las condiciones laborales son medievales. También se dice que en aquel país la temporalidad es elevada. Los datos objetivos nos dicen que nada más lejos de la realidad. Todo eso son falsos mitos interesados, y a continuación lo demuestro con estadísticas reales.
Los datos oficiales destacan que sólo se contrata de manera temporal a los que se inician en el mundo laboral, que más tarde pasan a ser indefinidos. Así, aunque el 41% de los jóvenes de 15 a 20 años tienen un contrato temporal, la cifra baja al 21% para los que tienen entre 25 y 30 y al 13% para los de 30 a 35.
Por otro lado, se demuestra una vez más que la contratación a tiempo parcial y la temporal son dos herramientas muy eficaces para integrar en el mundo del trabajo a aquellas personas sin empleo previo. De hecho, mientras que el 38% de los alemanes de entre 15 y 64 años no trabajaba o estaba en paro en el año 2000, ese porcentaje se redujo al 32 en 2010; al mismo tiempo, el empleo fijo a tiempo completo se mantuvo en el 40% en esos años.
Tampoco es verdad que se haya extendido en Alemania el empleo de bajos salarios a costa del empleo bien remunerado, ya que, pese a haberse producido un aumento en la proporción de trabajadores que ganan poco, también lo ha hecho la de quienes cobran un salario medio o más elevado. Son fundamentalmente parados los que han logrado empleo en el segmento de salarios bajos.
Es decir, esos trabajos menos remunerados han sido pasarelas al empleo para aquellas personas con baja formación que se encontraban en el paro; por lo tanto, se trata de una situación coyuntural. En cualquier caso, los minijobs no han crecido de forma importante en el tejido productivo alemán, y lo que sí se ha producido es un incremento notable del empleo a tiempo parcial.
Respecto a la edad de los trabajadores, tampoco se ha producido un relevo de los mayores por los más jóvenes. De hecho, los límites establecidos a la jubilación anticipada no han provocado un repunte del paro. Lo que ha sucedido es que han aumentado las personas mayores que trabajan y se ha reducido el de mujeres de más de 55 años en paro. Su tasa de desempleo es la más baja desde que se produjo la unificación, el porcentaje de jóvenes parados no llega al 8% y la edad en la que se produce el primer contacto con el mundo del empleo está en los 21 años. Todo ello es obra del exministro Hartz y de sus cuatro reformas laborales, acometidas hace ya cerca de diez años.
La flexibilidad del mercado laboral, junto con una formación ligada directamente a las necesidades del tejido productivo, ofrece resultados positivos para todos y no quitan derechos. La mayor pérdida de derechos es estar en el paro.