Una y otra vez comienzan a ampliarse, a partir de un ensayo de Romano Prodi publicado en abril de 1997, noticias sobre un cambio en la renta de situación de los puertos del Mediterráneo. El motivo es sencillo. Las grandes corrientes de tráfico marítimo se han ampliado. La primera es la que une los puertos del norte rico de Europa –Hamburgo, Rotterdam o Londres– con los de la región oriental de los Estados Unidos, desde Nueva York a Chicago. La segunda vincula los de la costa oeste de Norteamérica y Canadá, esencialmente, con los japoneses a través del Pacífico. Ambas corrientes se relacionan a través del Canal de Panamá, lo que explica el motivo del fuerte crecimiento último de esta república hispanoamericana. Y he aquí que el auge de China, con el complemento de todo el borde del Pacífico asiático, de Corea del Sur a Singapur, más el complemento de la India y de Australia, se relaciona, en gran medida, con la Europa más rica, a través del Mediterráneo.
Los puertos de este mar pasan así, desde hace no muchos lustros, a tener una renta de situación que, por ejemplo, por lo que se refiere a España, no pudo imaginar ese estudioso de estas cuestiones que fue Emilio Huguet del Villar, con sus ensayos de ecética.
Dentro de estos puertos ocupa un lugar muy destacado, por su tráfico y por sus enlaces actuales y los posibles de futuro, Valencia. Una inversión industrial en las cercanías de esta ciudad pasa a tener ventajas de conexión fácil con los ricos mercados del oriente asiático y del norte europeo. Ocupa el lugar adecuado.
Pero eso precisaba de una contrastación empírica, y ésta ha llegado con la noticia que Alberto Caparrós ha dado en ABC el 25 de octubre en relación con las instalaciones de Ford en Almusafes, al informar de que esta empresa había anunciado el cierre, "previsto para finales de 2014", de su factoría de Genk y avanzado que la planta valenciana se sitúa como "la principal aspirante" para albergar la fabricación de tres modelos que dejarán de producirse en la referida localidad belga. Lógicamente, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, como señala El Economista del mismo día, aprovechó la ocasión para reivindicar la necesidad de acelerar las obras del corredor mediterráneo ferroviario.
El estudio de la proximidad a mercados en auge es lo que, en el fondo, se encuentra detrás de esta noticia que ratifica lo que, desde Prodi hasta ahora mismo, se había pronosticado.