El todo Madrid de la economía y la política se ha reunido este lunes por la tarde en la sede del Instituto de Empresa de la capital de España. Peperos y socialistas, altos cargos del actual Gobierno, viejas glorias del Parlamento, unos cuantos empresarios y algunos curiosos: todos ellos se han acercado a la presentación del último libro de Jordi Sevilla: La economía en dos tardes.
La capacidad de convocatoria del exministro de Administraciones Públicas, actualmente senior consultant de PwC, ha pasado la prueba: la presentación del volumen se la hacían Jaime García-Legaz, secretario de Estado de Comercio (y eso porque su jefe, Luis de Guindos, ha tenido que excusarse en el último minuto, porque estaba en México) y Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia. Y entre el público aparecían viejos compañeros de gabinete, como Carmen Calvo o María Antonia Trujillo, ex enemigos parlamentarios como Vicente Martínez Pujalte o Juan José Güemes, y socialistas de la época de González, como Carlos Solchaga.
Pero entre todos los asistentes destacaba la presencia de aquél al que parece dedicado el libro, José Luis Rodríguez Zapatero. Ese joven líder de la oposición que en el año 2003, ante lo que él creía que era un micrófono cerrado, declaraba su desconocimiento de la materia económica. Fue entonces, cuando su principal asesor le calmaba con la frase que le haría célebre: "Lo que te quiero decir, lo que tú necesitas saber para esto son dos tardes".
Ahora, el ministro desterrado aprovecha aquella célebre cita para lanzar su peculiar libro de introducción a la economía que subtitula: "Un manual para todos, incluidos presidentes del Gobierno".
Pues bien, a pesar de la ironía que desprende el título y que parece dirigida contra aquél que le dejó fuera del Gobierno (y del que, según las malas lenguas, se ha distanciado mucho desde entonces), lo cierto es que Rodríguez Zapatero asistía en primera fila y muy sonriente al acto de su ministro. Y eso que éste no ha estado especialmente cariñoso en sus palabras de agradecimiento, aunque sí ha dejado la frase de la tarde: "Debo dar las gracias al presidente por haber venido, por haberme nombrado ministro... y por haberme cesado".
Del resto de la presentación, pocas cosas. Nadie ha sido especialmente imaginativo ni ha ofrecido demasiadas claves sobre cómo arreglar el desaguisado en el que está España. Quizás, lo más destacado fue cómo Joaquín Almunia y Jordi Sevilla explicaban cómo tuvieron que deshacerse de todo su bagaje ideológico izquierdista cuando llegaron al Gobierno.
Almunia: "En el Gobierno de Felipe González nos dimos cuenta de que hacíamos lo contrario de lo que pensábamos que íbamos a hacer un año y medio antes. Teníamos un buen ejemplo en Francia, donde nuestros compañeros, con François Miterrand, estaban cambiando completamente de rumbo [tras el desastre del primer año en el Gobierno]".
Sevilla: "El libro está dedicado a Ernst Lluch, no porque fuera asesinado por ETA, sino por lo que nos enseñó en la facultad [en los primeros años del Gobierno de Felipe González], cuando nos dimos cuenta de que toda nuestra formación marxista no nos había preparado para lo que nos encontrábamos".