Noventa y una páginas para poner fin a un mito convertido en base de las reclamaciones separatistas en Cataluña: el denominado expolio fiscal. Razones políticas, pero también puramente económicas, para poner en evidencia los informes de la Generalidad y llegar a la conclusión, en relación a la balanza tributaria, de que sus datos son "irreales y erróneos". Y todo con el sello de José María Aznar (que aunque no escribe en el mismo, sí que ha estado muy encima), y con el aval de la dirección nacional del PP.
Ni el lugar (Barcelona) ni la fecha (a cuatro días de la campaña electoral) fueron escogidos al azar. La Fundación FAES busca abrir una vía de debate de fondo -"Acabar con la base de las mentiras del nacionalismo catalán"- que cale en la recta final para pedir el voto. La número dos del PP, María Dolores de Cospedal, bendijo el informe a pocas horas de su presentación: "Una cosa es hablar del modelo autonómico y otra cosa es decir que Cataluña sólo ha dado y no ha recibido nada", expuso, señalando las grandes inversiones en infraestructuras.
El prolijeo texto consta de cuatro artículos, el más político de ellos firmado por el diputado popular Gabriel Elorriaga, a su vez miembro destacado de FAES. Y habla abiertamente de falsificación de la realidad: "En demasiadas ocasiones se pretende presentar como realidades objetivas e indeseables lo que son meras consecuencias de valores ampliamente aceptados. En otras, se lanzan soflamas reivindicativas que pretenden encubrir fracasos de gestión o aspiraciones secesionistas", señala.
Elorriaga señala a la Constitución -y, en concreto, el principio de solidaridad- y recuerda que la soberanía fiscal -que al fin y a la postre es el tema central- descansa en las Cortes Generales, y no en las catalanas. Culpa, en este sentido, de desvirtuar la realidad a las fuerzas nacionalistas, pero también al PSC, hasta no hace mucho en el poder. "Una fuerza política de ámbito nacional critica las balanzas fiscales entre distintos territorios de una misma nación", se lamenta.
De datos hablan Juan José Rubio, catedrático de Hacienda Pública; Santiago Álvarez, profesor de la misma materia; Ángel de la Fuente, analista del Consejo Superior de Investigaciones Científicas; y Pascual Fernández, director del Centro de Estudios de la Universidad Rey Juan Carlos. Éste último haciendo un resumen de la balanza fiscal desde 2006 a 2009, gráficos incluidos.
Las diferencias entre CCAA
Partiendo de la base, reseñan al unísono, que "la capacidad de pago y no la residencia" es el factor que determina la carga tributaria que soportan los contribuyentes, ponen un ejemplo para simplificar el caso: "Si un residente en Cataluña tiene que pagar una cantidad mayor en el IRPF que un residente en Aragón o La Rioja con ingresos idénticos, es porque el gobierno de su comunidad aplica una tarifa de tipos impositivos superior a la parte autonómica del impuesto; lo que no incide en la balanza fiscal, ya que esa recaudación la percibe la comunidad. En lo que a la parte estatal del impuesto se refiere, los tres pagarán lo mismo".
Un pacto fiscal como el que le exigió Artur Mas a Rajoy en su reciente despacho en Moncloa, continúa el documento, va en contra de "la racionalidad económica y administrativa", a la sazón de que "abriría un proceso de fragmentación fiscal que comprometerá la propia viabilidad de las funciones económicas del Estado y violará el principio de solidaridad e igualdad".
La Generalidad da cifras falsas
Pero, sin duda, el apartado de más difícil encaje para la Generalidad es el relativo a las balanzas fiscales. Según el mismo, uno de los métodos que utiliza el Gobierno autonómico contienen "inconsistencias técnicas que producen sesgos de cálculo". Aún más, se asumen "argumentaciones irreales" al "imputar a una región gastos que no le corresponden y, por tanto, aminorar el de otras regiones, o bien directamente eliminar la totalidad del gasto realizado en el exterior del reparto de regiones".
Todo ello con el gravamen, destaca Fernández, de que la Generalidad hace el cálculo de las balanzas fiscales "estimando un déficit o superávit absolutamente teórico o hipotético". Traducido: conclusiones "irreales y erróneas, lo que se hace evidente cuando se mezclan datos reales con estimaciones ficticias".
Con esta radiografía, puesta encima de la mesa en la Ciudad Condal por los autores y que también incluye soluciones -una simplificación del sistema y una revisión de los elementos que lo regulan, por ejemplo-, Aznar intenta poner fin "el dogma en que el nacionalismo catalán pretende sostener su frágil posición", recoge el texto de FAES. Pero además entra de lleno en campaña, al rechazar una de las razones clave para "avanzar por la senda del soberanismo".