Los inversores internacionales no ven factible la independencia de Cataluña y están alertando a sus clientes de esta posibilidad. La conclusión es que están disuadiendo a los que querían invertir en esta comunidad dada la inestabilidad que se ha instalado en la región tras el desafío de Artur Mas.
El más duro ha sido el banco suizo UBS. En un informe titulado "¿Puede marcharse Cataluña? Difícilmente", asegura que la secesión de Cataluña tendría consecuencias "desastrosas" y "sombrías". Además resalta que legalmente es improbable la independencia.
En este sentido, UBS incide en que la "Unión Europea no podría aceptar el nuevo estado independiente como miembro" por lo que no podría contar con la ayuda financiera del BCE o del Gobierno español. Igualmente, el informe considera que un banco central de Cataluña provocaría una fuga de depósitos y llevaría a la región a un proceso de inflación. "No creemos que el presidente Mas quiera asumir este riesgo para su región", sentencia.
Por su parte, Royal Bank of Scotland (RBS) ha emitido también varios informes sobre Cataluña. Advierte a sus clientes de que la secesión "tendría enormes implicaciones para la confianza en la construcción de una Europa más integrada" y lo ve como un factor totalmente "negativo".
La entidad escocesa agrega que "los mercados tendrán un tiempo difícil evaluando la probabilidad de una verdadera independencia dado que las consecuencias legales de este movimiento (ser miembro de la UE) no están claras".
En términos similares se ha expresado el banco de inversión japonés Nomura. "La posición financiera de Cataluña sugiere que un referéndum es poco posible debido a su dependencia de los fondos estatales", afirman, por lo que si sucediera la independencia, "en términos de implicaciones de mercado y eventos de riesgo, creemos que un voto sobre la independencia es el peor escenario posible".
Es más, Nomura cree que Cataluña como Estado propio "sería económicamente inimaginable, especialmente por el tamaño del sector bancario" y tendría como consecuencia "la fuga de depósitos".
Los estadounidenses de JP Morgan advierten de la posible pérdida de empresas y de que "una entidad independiente se enfrentaría a un entorno incierto de financiación". Además, recuerda las dificultades manifiestas de que Cataluña pueda ingresar en la UE, lo que agravaría aún más su situación.