El Ministerio de Empleo "está trabajando con la Conferencia Episcopal y los agente sociales (sindicatos y patronal) para aprobar los cambios en el calendario laboral". Así lo ha anunciado este viernes Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
A pesar de que a lo largo de la mañana se había hablado de que el Gobierno aprobaría el nuevo calendario laboral este mismo viernes, la vicepresidenta ha retrasado la decisión definitiva a "finales de año". Será entonces cuando pueda cerrarse el acuerdo con los agentes sociales y la Conferencia Episcopal que, según los acuerdos con la Santa Sede, es la encargada de fijar las festividades de carácter religioso.
Sáenz de Santamaría ha asegurado que "es una reforma de calado, que afecta al Estatuto de los Trabajadores" y que hay cierto margen de maniobra puesto que 2013 es un año en el que la mayoría de los festivos caen en fin de semana, por lo que no es urgente cambiar esta cuestión antes de aprobar el próximo calendario laboral.
Según la información publicada este viernes por la mañana, entra muchas de las novedades que traerá este cambio hay dos fundamentales: desaparecerán el Puente de Todos los Santos –por lo que este que vivimos podría ser el último- y el Día de la Constitución podría pasarse al lunes o directamente quedar como laborable, según el diario.
En la negociación de las modificaciones hay habido muchos agentes involucrados: la vicepresidenta ha negociado con el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, con los sindicatos, CEOE, y el sector hostelero turístico.
La supresión de fiestas religiosas ha sido uno de los principales escollos en estas negociaciones con la Conferencia Episcopal, pero se ha llegado a un acuerdo: A cambio de suprimir la Festividad de Todos los Santos (1 de noviembre), se mantiene la Purísima (8 de diciembre). A petición del sector turístico-hotelero se mantendrá también el festivo del 15 de agosto. Las negociaciones con la CEOE han sido también complicadas, dado que el 53% de los viajes realizados por los españoles son en puentes y fines de semana, y se teme el impacto que pueda tener sobre el sector turístico.
Por su parte, los sindicatos no presentaron mayores objeciones a las modificaciones, a cambio de que se preservara el Primero de mayo. Las fiestas que se podrán mover serán las de San José (19 de marzo) y la de Santiago (25 de julio). Otras festividades que se quedan intactas son: Año Nuevo (1 enero), Día de la Hispanidad (12 octubre), Navidad (25 diciembre), Viernes Santo y Primero de mayo.
Adiós al macropuente
Este próximo puente de diciembre también será el último que viviremos. El Ejecutivo plantea dos opciones para evitar que se produzca un macro-puente al unirlo al de la Purísima: la primera consiste en pasar la festividad al lunes y espaciar la coincidencia. O bien, convertir el día de la Constitución en laborable, aunque se mantengan las celebraciones institucionales en Madrid.
En cualquier caso, estas impactantes medidas se enmarcan en el paquete de medidas destinadas a rebajar el diferencial de productividad con el resto de Europa. España cuenta hasta ahora con 14 fiestas anuales, más que cualquier otro lugar del continente, sólo superados por Chipre.