A principios de este mes el Ministerio de Fomento aseguraba que trabajaba con las sociedades concesionarias de las autopistas en quiebra con el fin de "concertar" soluciones "singulares" para la situación que afrontan una decena de estas vías de pago. Ahora, las negociaciones las hace con la banca acreedora de los activos en crisis y el asunto que planea es igual de singular: crear una Empresa Nacional de Autopistas (ENA), una opción que ya fue contemplada por el anterior Gobierno.
Las ayudas públicas temporales del Estado no han surtido efecto, ya que no han evitado que cinco sociedades concesionarias se hayan declarado en quiebra, este sería el "plan B" que contempla el departamento de Ana Pastor para calmar a la banca que participa en créditos por valor de 4.000 millones de euros, según informa el diario Expansión.
A pesar del fracaso las medidas implantadas anteriormente, ha sido la propia Ana Pastor la que se ha encargado de asegurar que "no está sobre la mesa" de su Departamento la constitución de una empresa nacional de autopistas. "Lo que estamos haciendo es consolidar en los presupuestos del próximo año las ayudas que tenemos articuladas para algunas de estas empresas que están atravesando una situación difícil", ha dicho durante su intervención en un foro organizado por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España.
Con la nueva empresa nacional, los accionistas de las empresas serían los principales perjudicados ya que verían cómo se esfuma toda su inversión, el Estado, sin embargo, se libraría de la temida Responsabilidad Patrimonial de la Administración (RPA), donde ejercería como garante último de la banca en caso del impago de los 4.000 millones de euros antes mencionados.
Si las autopistas en manos privadas han resultado ser ineficientes sería muy difícil que en manos del sector público encontrasen la fórmula del éxito. Mientras tanto, Pastor ya estudia implantar nuevos peajes en corredores gratuitos (como el de la M-50 en Madrid) para ir calentando motores.