La Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Restructuración Bancaria (Sareb) ya es casi una realidad. Todavía quedan los trámites legales, puesto que el Real Decreto que constituya la entidad está previsto que se apruebe por el Consejo de Ministros del próximo día 16 de noviembre. Sin embargo, los detalles principales del banco malo español (el nombre popular de la Sareb) ya están sobre la mesa. Los han presentado este lunes Fernando Restoy y Antonio Carrascosa, presidente y director general del Frob.
Sin embargo, aunque desde hace meses toda la información financiera gira en torno a este banco malo, que parece el bálsamo de Fierabrás que curará todos los males del sector bancario español, hay mucha gente que no acaba de entender en qué consistirá esta entidad y cómo le afectará en su vida diaria.
¿Qué es?: lo primero que hay que destacar es que ni es un banco ni tiene por qué ser malo. En realidad, la Sareb es una sociedad donde los bancos reales en problemas depositarán sus activos del ladrillo. Podríamos decir que será una inmobiliaria gigante, que acogerá viviendas terminadas, suelo, promociones, hipotecas, créditos a promotores,...
¿Por qué?: el Gobierno obliga a los bancos a traspasar estos activos para sacarlos de su balance. El objetivo primordial es limpiar sus cuentas y que recuperen la confianza de los inversores y clientes De esta manera, espera que puedan retomar su actividad normal (conceder préstamos), que ha estado muy debilitada desde que comenzó la crisis.
¿Cuál será el coste?: evidentemente, no es tan sencillo como traspasar el activo sin más. Si fuera tan fácil, hace años que se hubiera hecho. Como decíamos antes, la operación saneará los balances de los bancos, pero a cambio tendrán que reconocer las enormes pérdidas en el sector inmobiliario en las que han incurrido.
El descuento medio de los activos adjudicados será del 63% (vivienda 54%, promoción 63% y suelo 79,5%). Los préstamos tendrán un descuento del 45%.
Ejemplo
- Un banco concedió un préstamo a un promotor de 100 millones de euros. Ahora, ese promotor ha quebrado y la entidad financiera se ha quedado con la promoción. Tiene 200 pisos, pero no tiene el dinero que prestó. Hasta ahora, el banco no ha reconocido ninguna pérdida.
- En el balance de la entidad había un activo "Crédito promotor" valorado en 100 millones. Ahora el banco tiene un "Activo adjudicado" valorado también en 100 millones.
- Pero todos sabemos que eso no es cierto. Esa promoción que hace cinco años parecía una gran oportunidad languidece, vacía y sin compradores a la vista. Tiene los 100 millones inmovilizados. Es casi como si no valieran nada.
- Aquí es donde entra en juego el banco malo (Sareb). Comprará la promoción al banco de verdad por 37 millones, con un 63% de rebaja (según los descuentos que hemos indicado arriba).
- La teoría es que a ese precio, la Sareb será capaz de vender la promoción; quizás no de golpe, pero sí poco a poco. El Gobierno quiere que tenga una vida de 15 años.
- Evidentemente, la entidad financiera tendrá que anotar una pérdida de 63 millones en su balance.
¿Qué activos comprará el banco malo?: en un comienzo, serán sólo activos ligados al sector inmobiliario. Tanto bienes reales (viviendas terminadas, suelo y promociones en curso) como préstamos a promotores e hipotecas a particulares.
¿Qué bancos estarán obligados a vender sus activos al banco malo?: todos aquellos que reciban ayudas públicas. La mayoría serán cajas. A pesar de la retórica sobre las ayudas al sector financiero, casi todo el agujero se concentra en la banca pública.
¿Cómo quedarán las entidades que vendan sus activos al banco malo?: muy tocadas, aunque paradójicamente podría suponer el comienzo de su recuperación.
¿Cuál es la lógica de todo esto?: desde que comenzó la crisis, lo que han ido haciendo los bancos es reconocer las pérdidas del ladrillo pasito a pasito. Siguiendo nuestro ejemplo, teníamos una promoción que hace cinco años valía 100 y ahora vale 37. Es como si hubiera ido admitiendo 5 millones al año en los últimos cinco ejercicios. Ya se ha comido unas pérdidas de 25 millones, pero le quedan 38 millones por asumir.
Pues bien, el banco malo le obliga a hacerlo de golpe. Esto provocará la quiebra de algunas entidades, por eso necesitarán ayudas públicas.
A cambio, sus balances quedarán limpios. Ya todo el mundo sabe lo que hay, porque se han quitado el ladrillo de encima. Hasta ahora es que no se sabía si las pérdidas eran de 40, 50 ó 60. Podríamos decir que el banco malo es un tratamiento de choque, tras muchos años de convalecencia en los que sólo se aplicaban paliativos que hacían que el enfermo no muriese, pero tampoco le curaban del todo.
¿Quién ganará con el banco malo?: en teoría, los precios a los que comprará los activos la Sareb serán competitivos. Los descuentos son muy importantes y tendrá quince años para ir vendiéndo las promociones o las viviendas. La idea es que ese medio plazo le sirva para organizar los activos, buscar inversores no tan agobiados en el corto plazo e ir dándoles salida poco a poco.
Si lo consigue, el banco malo dará beneficios que servirán tanto para pagar a los inversores privados que acudan a su llamada como al Frob, el organismo público que ha canalizado las ayudas a la banca.
En un mundo ideal, el Frob ganaría lo suficiente como para pagarle al Estado español todo el dinero que se ha gastado en su sistema financiero. La gran pregunta es si se conseguirá llegar a ese mundo ideal. Parece difícil, pero ése es el objetivo.
¿Público o privado?: la Sareb tendrá una estructura similar a muchas otras sociedades. Tendrá un consejo de administración con hasta 15 miembros, que nombrarán sus propietarios. La idea del Gobierno es que más de la mitad del capital sea suscrito por inversores privados. El Frob se quedará con el resto. Si se cumple este objetivo, los gestores del banco malo serán nombrados principalmente por estos inversores privados, que tendrán la mayoría del capital.
¿Bajarán los precios de los pisos?: la gran pregunta que se hace el ciudadano de a pie. En teoría sí. Los inversores que acudan a la llamada de la Sareb querrán ganar dinero y eso sólo lo conseguirán si se ponen a vender los pisos que se han quedado.
Sólo con las cuatro cajas nacionalizadas, la Sareb se va a quedar con 89.000 viviendas y 13 millones de metros cuadrados de suelo. No es que todos estos activos vayan a salir a la venta mañana, pero está claro que presionarán los precios del sector inmobiliario a la baja.