En un país con casi seis millones de parados suena a poco menos que economía ficción, pero es la gran promesa que acompaña al proyecto de Eurovegas: unos 250.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, podrían crearse si el complejo se desarrolla en su totalidad.
La cifra la aportaba la propia Las Vegas Sands, y fue abrazada con entusiasmo por el gobierno regional pero ha recibido sonoras críticas desde la izquierda y, como mínimo, se la ha descalificado como una grosera mentira. Pero, ¿puede o no puede Eurovegas generar tan enorme cantidad de puestos de trabajo?
El ejemplo es Singapur
Los críticos de Eurovegas han ofrecido como gran argumento que Las Vegas Sands no tiene tantos empleados en todo el mundo. Pero el modelo de negocio de la compañía explica eso, ya que sólo gestiona directamente algunos de los hoteles, los casinos o los centros de convenciones, por lo que genera mucho empleo a otras empresas: cadenas hoteleras, restaurantes, grupos de moda...
Así, en lugar de mirar las cifras de Las Vegas Sands, para valorar si es posible que Adelson cumpla su promesa lo mejor es analizar lo que ha ocurrido en otros desarrollos de la compañía, que tiene en este momento negocios en Las Vegas, Pensilvania y en dos localizaciones asiáticas: Macao y Singapur.
Tras las últimas inauguraciones ya son cuatro las propiedades en Macao de Las Vegas Sands, pero el modelo de negocio que la compañía pretende trasladar a España tiene mucho más que ver con el espectacular Marina Bay Sands de Singapur que con los localizados en la excolonia portuguesa, mucho más centrados en el juego.
La razón es que el desembarco de Las Vegas Sands en la pequeña ciudad-estado se ha enfocado a todo tipo de turistas, y especialmente a las exposiciones y las convenciones de empresa. Es decir, para los viajeros en Singapur el juego y los casinos no son sino un motivo extra para el viaje, no el principal.
¿Cómo es Marina Bay Sands?
Probablemente todos ustedes han visto el impresionante edificio creado para el Marina Bay Sands: las tres gigantescas torres coronadas por una única terraza que parece haber llegado del espacio unos minutos antes. La originalidad arquitectónica, que nada tiene que ver con lo habitual en Las Vegas, y detalles como la piscina infinita que desde la terraza domina los cielos de Singapur han granjeado al resort impacto en todo el mundo.
Un proyecto que, como la mayoría de los emprendidos por Las Vegas Sands, se mueve en unas cifras mareantes: para empezar las tres torres de 57 pisos albergan 2.500 habitaciones, de las que 230 son suites de lujo. Y eso es sólo una parte: el centro de convenciones y congresos tiene 120.000 metros cuadrados y capacidad para 45.000 personas.
Aquellos que no sean ejecutivos o que no viajen sólo por negocios disfrutan de una oferta igualmente variada e interesante: dos teatros con una capacidad total de casi 4.000 personas, 50 restaurantes que van desde comida sencilla y económica a seis chefs con estrellas Michelin, una zona comercial de 800.000 metros cuadrados e incluso un Museo de las Artes y las Ciencias que tiene más de 6.000 metros y que ocupa un edificio espectacular con forma de flor de loto que es obra, como el resto del complejo, del reputado arquitecto israelí-canadiense Moshe Safdie.
Llegados a este punto, muchos se preguntarán por el casino. Efectivamente, como todos los desarrollos de Las Vegas Sands su resort en Singapur también tiene un espectacular casino, pero éste sólo ocupa 15.000 metros cuadrados, una superficie imponente, sin duda, pero que representa un 3% del total del complejo.
¿Qué resultados está obteniendo?
Inaugurado a mediados del año 2010, el complejo superó desde el inicio las mejores previsiones: pese a no funcionar ni siquiera un año completo supuso un impresionante impulso al turismo en la ciudad-estado: el número de visitantes creció en un 20%, pero todavía es más llamativo el crecimiento de los ingresos derivados del turismo: un 49%.
La máquina de generar turistas no se paró ahí: en 2011 y ya con el Marina Bay Sands funcionando durante todo el año el número de viajeros llegados a Singapur volvió a crecer, pasando de 11,6 a 13,2 millones, y todavía se gastaron más dinero: un 18% más.
En términos de valor añadido, el impacto total del resort de Las Vegas Sands en Singapur se cifra en unos 2.200 millones de euros, y su incidencia en el total la economía de la ciudad-estado se ha estimado en un 1,13% del PIB, un porcentaje que se prevé alcance el 1,25% en 2015.
30.300 puestos de trabajo
Las cifras resultan impactantes, pero todavía lo es más la de empleos creados: según los datos del Ministerio de Comercio e Industria de Singapur el Marina Bay Sands ha generado, entre empleos directos, indirectos e inducidos, nada más y nada menos que 30.300 empleos.
La razón de que esta brutal generación de empleo local hay que buscarla en la política de proveedores de Las Vegas Sands, que realiza hasta el 90% de sus compras a proveedores en la propia Singapur. Esto ha supuesto inyectar 225 millones de euros en empresas y firmas radicadas en la pequeña ciudad-estado.
¿Pueden trasladarse estas cifras a Eurovegas?
La pregunta es si estas impresionantes cifras podrían reproducirse en Eurovegas y qué significarían. Como ya hemos comentado el modelo de negocio del megacomplejo en Madrid sería muy similar, basándose en el turismo del llamado sector MICE (Convenciones, Exhibiciones, Reuniones e Incentivos), el familiar y, sólo en menor parte, el juego.
Para ello hay que tener en cuenta que el proyecto planteado por la compañía de Adelson es muchísimo más grande que el único hotel en Singapur. Si se completasen sus tres fases estaríamos hablando nada más y nada menos que doce resorts en lugar del solitario Marina Bay Sands.
Cada uno de estos resorts incluirá un hotel todavía mayor que el singapuriense (a falta de definir más el proyecto se ha hablado de establecimientos de 3.000 habitaciones) en la línea de las propiedades en Las Vegas, el Venetian y el Palazzo, y del mayor de los establecidos en Macao.
Además, como en el caso de Singapur o Las Vegas, los hoteles se acompañarán de una serie de servicios y propuestas capaces de generar gran cantidad de puestos de trabajo: centros de convenciones, teatros, centros comerciales, restaurantes...
No obstante, las economías de escala y la diversificación necesaria para que el conjunto tenga sentido hacen que no sea razonable extrapolar los 30.000 empleos creados en Singapur simplemente multiplicándolos por doce. Sin embargo, el ejemplo del Marina Bay Sands y su brutal capacidad de generar empleo hace pensar que en España sí puede pasar algo similar: lograr esos 250.000 empleos prometidos requeriría que cada resort en nuestro país generase algo menos de 21.000 empleos entre los que hay que contar, recordemos, directos, indirectos e inducidos.
Es un tercio menos de los creados en Singapur y, desde luego, no parece tan descabellado como se ha querido hacer creer a la opinión pública.