Reyal Urbis ha acordado solicitar el preconcurso de acreedores, proceso por el que la inmobiliaria contará con un plazo máximo de cuatro meses para renegociar su deuda financiera de 3.793 millones de euros y tratar así de evitar la antigua suspensión de pagos. La compañía que controla y preside Rafael Santamaría se acoge a la Ley Concursal tras acordarlo por "unanimidad" en su consejo de administración, según indicó la firma a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
En concreto, la inmobiliaria indica que "ha iniciado negociaciones para alcanzar un acuerdo de refinanciación o, subsidiariamente, para obtener adhesiones a una propuesta anticipada de convenio en los términos previstos en la citada Ley Concursal".
Reyal solicita el preconcurso después de que no haya fructificado en acuerdo alguno el proceso de renegociación de deuda que inició hace más de año con sus bancos, el tercero que la inmobiliaria ha emprendido desde el inicio de la crisis. Hasta ahora, sus acreedores no tienen intención de refinanciar la deuda de la compañía. Ante tal negativa, la inmobiliaria ha optado por acudir al preconcurso como mecanismo de presión para tratar de alcanzar algún acuerdo con la banca, según fuentes consultadas por Libre Mercado. Se abre, pues, un plazo de cuatro meses para negociar. Si no hay acuerdo, Reyal Urbis se acogerá al concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) en febrero a más tardar.
La segunda mayor quiebra tras Martinsa
De no lograr refinanciar su deuda con un sindicato bancario, la compañía pasaría a protagonizar el segundo mayor concurso de acreedores de la historia de España atendiendo al volumen de su pasivo, solo superado por el presentado por Martinsa-Fadesa, que alcanzó un acuerdo con la banca para pagar sus 7.200 millones de deuda en un plazo de hasta 10 años.
En su informe semestral, la firma reconoce que a cierre de junio se encontraba "en causa de disolución", si bien indica que preveía convertir en préstamo participativo un tramo de su crédito sindicado por importe de 115 millones para restablecer su equilibrio patrimonial. Según los datos remitidos a la CNMV, a la conclusión de la primera mitad del año, Reyal contaba con un activo de 4.684 millones para hacer frente a un pasivo de 4.828 millones. Además, la firma afronta dos vencimientos de deuda por un importe total de 805 millones de euros el próximo año. Entre las principales entidades acreedoras de la inmobiliaria figuran el BBVA, Barclays, Santander, Banco Popular, Banco Sabadell o Bankia (antes Caja Madrid).
Entre las mayores insolvencias se encuentra también la de la inmobiliaria Habitat, con 2.800 millones; la de las sociedades Mag Import y Alteco Gestión, controladas por la familia Soler y el empresario Joaquín Rivero, con una deuda de 2.421,4 millones de forma conjunta; el grupo Sacresa, con un pasivo de 1.800 millones, o Nozar, con una deuda de 700 millones.
Pierde el 99% en Bolsa
Desde los máximos registrados en julio de 2007, los títulos de la compañía han pasado de valer 11 euros a 10 céntimos, lo que supone un descenso del 99%.
Reyal Urbis perdió 211,3 millones de euros en el primer semestre de 2012, un 30% más que un año antes, y facturó 50,8 millones, un 7,46% menos que en el mismo periodo de 2011. En julio del pasado año, Reyal Urbis convirtió 6,8 millones de euros de un crédito sindicato en préstamo participativo, lo que permitió a la compañía restablecer su equilibrio patrimonial y evitar entrar, en ese momento, en causa de disolución.