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Merkel zanja el debate: no habrá rescate directo de la banca española

La canciller alemana se mostraba así de tajante al término del Consejo Europeo; irónicamente, a la misma hora, Rajoy celebraba los acuerdos.

La canciller alemana se mostraba así de tajante al término del Consejo Europeo; irónicamente, a la misma hora, Rajoy celebraba los acuerdos.

Tras horas de declaraciones contradictorias y filtraciones inexactas acerca del impacto que el retraso del supervisor bancario tendría para España, fue la dirigente alemana la que despejó todas las dudas. Hasta entonces, ningún líder se aventuraba a responder a la pregunta de si España podrá sacudirse de encima la deuda asumida por el préstamo a la banca, o si bien los 40.000 millones de euros que prevé emplear el Gobierno seguirán profundizando los agujeros de las cuentas del Estado.

Con esta pregunta todavía flotando en el aire, la canciller alemana ya había logrado su primer triunfo: imponerle a sus socios su propio calendario y machacar a sus colegas con la idea de que la unión bancaria se construye "en etapas", un mantra que todos los líderes acabaron repitiendo al final de la reunión y que fuentes del propio Gobierno también hicieron suyo.

La propia Merkel lo repitió hasta tres veces durante la rueda de prensa para enfriar las expectativas: "No puedo saber cuándo habrá un supervisor, así que figúrese si puedo saber cuándo será posible la recapitalización directa", confesó. La canciller aseguró que es una "cuestión de meses" que el supervisor esté "plenamente efectivo".

De momento, y fiel a la presión que Alemania y sus satélites vienen ejerciendo en las últimas semanas, Merkel mostró su músculo para imponer el retraso en el calendario y comenzar por poner trabas a las primeras fases del camino. Pero la respuesta definitiva, de contundencia germana, llegó tras varias preguntas. "No va a haber ninguna recapitalización directa retroactiva. Solo habrá, una vez que sea posible la recapitalización, esa posibilidad en el futuro", zanjó en alusión a la banca española.

Necesario, pero no suficiente

Recordemos que, precisamente, en el supervisor bancario se centró la gresca institucional. El nuevo vigilante de los bancos es requisito necesario para hacer posible la recapitalización directa y, por tanto, para que España pueda sanear sus bancos sin lastrar las cuentas del Estado. Sin embargo, el supervisor, aunque necesario, no garantiza que España finalmente se salga con la suya, puesto que, como avisó la Bundeskanzlerin en rueda de prensa, el Parlamento alemán tendrá que dar luz verde. De ahí que varios analistas duden ya de que vaya a llegarse a tiempo para aliviar a los bancos españoles.

La propia Merkel también dio por hecho este extremo y añadió que "no habrá ninguna recapitalización directa retroactiva", es decir, que, si depende de Alemania, a España ningún milagroso remedio europeo la podrá librar de la deuda de sus bancos.

Entre los líderes europeos, se valoró el acuerdo en torno al supervisor bancario como algo "satisfactorio". La euforia cundió entre los socios, y el propio Hollande, que la noche anterior había peleado por agilizar el calendario en beneficio de España, aseguró "no ha sido posible correr más de lo que lo hicimos".

Debate zanjado

Desde la cumbre europea del pasado junio, en donde los líderes de la UE acordaron la "posibilidad" de recapitalizar directamente bancos insolventes siempre y cuando exista antes un supervisor bancario único en la zona euro -en manos del BCE-, el Gobierno español dió por hecho que, al final, el rescate bancario solicitado al Eurogrupo -por un importe máximo de 100.000 millones- no se contabilizaría ni como deuda ni como déficit, ya que la factura del agujero financiero nacional se repartiría entre todos los europeos -a través del Fondo permanente de rescate-.

Sin embargo, esa tesis era irreal desde el primer momento. Lo que se acordó en junio era una mera "posibilidad", de modo que la ansiada recapitalización no se efecturía en ninún caso de forma automática. Este extremo fue confirmado a finales del pasado septiembre en un comunicado conjunto emitido por Alemania, Finlandia y Holanda. Fue entonces cuando el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acusó a Merkel de incumplir los pactos firmados.

Pero, una vez más, Bruselas y el propio Fondo permanente de rescate europeo (ESM, por sus siglas en inglés) desmintieron al Gobierno español. La unión bancaria no garantiza la recapitalización directa, y ésta, en todo caso, necesita el voto "unánime" de los países del euro, por lo que Berlín, en base a los acuerdos firmados, en ningún momento rompió compromiso alguno, tal y como avanzó Libre Mercado. Merkel ha ratificado su postura nuevamente este viernes. Por tanto, si Alemania no cambia de postura en el futuro, el rescate europeo a la banca española se contabilizará como deuda y las pérdidas como déficit público. Curiosamente, tras meses de situar esta cuestión como algo absolutamente prioritario para el Gobierno español, ahora, tras el nein de Merkel, Rajoy le resta importancia a la supervisión bancaria.

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