Mariano Rajoy logró en menos de media hora el compromiso de Angela Merkel de que no bloqueará el Consejo Europeo que arranca este jueves, y que sin el rechazo de Alemania previsiblemente aprobará un calendario concreto para avanzar hacia la unión bancaria y fiscal, que conlleve la creación de un supervisor único en 2103. Pero hay matices.
En plena tensión diplomática, con el borrador de conclusiones de la cumbre de un gabinete a otro para llegar al máximo de sinergias, la delegación española cerró casi in extremis un encuentro entre Rajoy y la canciller alemana con un objetivo sustancial: conseguir el aval de Berlín a que se cumpla lo firmado en junio y se avance en la construcción europea. "Han llegado a un acuerdo en líneas generales", apuntaron fuentes gubernamentales, tras el despacho que ambos celebraron en Bucarest, en el marco del congreso del PP europeo.
Aunque con todas las cautelas, pues hasta el viernes nada hay cerrado, en el Gobierno empiezan a transmitir cierto optimismo porque, dicen, con el apoyo de Alemania teóricamente asegurado, el resto de países reticentes también acabarán cediendo. "Holanda o Finlandia no declararían la guerra por separado. El apoyo de Merkel es claro y fundamental", en voz de un alto cargo.
Moncloa: "No hablaron del rescate"
Con la prima de riesgo por primera vez en seis meses por debajo de los 400 puntos, la Moncloa aseguró que el país no sufre una situación de alarma, y puso como ejemplo que el Tesoro mantiene su acceso a los mercados, como quedó de manifiesto en la subasta del martes, que superó todas las expectativas al colocar 4.800 millones en letras a 12 y 18 meses a tipos más bajos. "No hay ninguna prisa, se sigue analizando el pliego de condiciones y las reticencias de unos y otros países".
"Los acuerdos se cumplen, no damos bandazos"
Esto no quiere decir que en el Gobierno no se dé por hecho que finalmente se pedirá la ayuda, como corroboraron a este diario varios ministros. Pero la duda está en cuándo se tocará a la puerta del Banco Central Europeo, una vez los mercados están expectantes. En su discurso ante el plenario del PP europeo, Rajoy no se refirió en ningún momento a este extremo, y se centró en dejar claras sus expectativas respecto al Consejo del jueves: "Cualquier señal de debilidad, desunión o duda pone peligrosamente en riesgo no solo nuestra credibilidad, sino nuestra estabilidad", proclamó, recibiendo un sonoro aplauso.
"Cuando nos reunimos en junio sabíamos el momento en el que nos encontrábamos. Espero que el compromiso no flaquee y que seamos capaces desde el PPE -fel que forma parte Merkel, que le estaba escuchando- de seguir liderando la integración de nuestras naciones", argumentó un Rajoy vehemente, que en ocasiones parecía incluso chillar. "Si no somos consecuentes, si no avanzamos, nuestros ciudadanos nos darán la espalda", alertó a renglón seguido, para remachar que "millones de europeos esperan de nosotros una sola voz y no 17 o 27".