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Populismo eléctrico

Esta reforma no solucionará los problemas de nuestro maltrecho sistema eléctrico y su único afán es aumentar la recaudación a costa del ciudadano.

Finalmente la reforma energética de los ministros Soria y Montoro no ha gustado a nadie. Y, francamente, era difícil aunar las posturas de todos los sectores del sistema eléctrico. A pesar de ello, todos los productores eléctricos están de acuerdo en que esta reforma energética no solucionará los problemas de nuestro maltrecho sistema eléctrico y su único afán es aumentar la recaudación a costa de los bolsillos de los ciudadanos.

El Gobierno ha creado una original batería de impuestos que gravan a las distintas tecnologías de generación sin ningún tipo de criterio racional. Se inventan impuestos que ya existían (como el destinado al combustible gastado de las centrales nucleares) de tal modo que los productores los pagarán dos veces. Teniendo claro que España presenta un evidente problema de altos precios de la electricidad, ¿alguien cree que subiendo los impuestos a las empresas productoras de electricidad se va a solucionar el problema? En el mejor de los casos, la electricidad será aún más cara.

Y todo esto para, en palabras del propio Ministro Soria, recaudar 2.700 millones de euros. Pero esta reforma energética no va a servir para solucionar mucho. A finales de julio teníamos un déficit tarifario acumulado en lo que va de año de 3.890 millones de euros y, deberíamos recordar que la Ley establece que no podemos finalizar el año 2012 con más de 1.500 millones de euros de déficit. Es decir, una vez descontado lo que pretende recaudar el Gobierno, en los últimos cinco meses del año únicamente se podrán acumular 310 millones de euros si se quiere cumplir la Ley. Complicado, siendo benevolente.

Esta reforma energética no va a conseguir que se cumpla la Ley. Y no lo va a conseguir porque no ha abordado la verdadera raíz del problema eléctrico en España: las primas a las tecnologías del régimen especial. En los siete primeros meses del año, estas primas ascendían ya a 5.575 millones de euros y, previsiblemente, sobrepasarán generosamente los 7.000 millones a finales de año. Ése es el verdadero caballo de batalla al que no se hace frente.

Por añadidura y, al igual que los anteriores en su cargo, se aprovecha de la eficiencia de las tecnologías convencionales para bajar el precio de la electricidad y apuntarse el tanto. En la última subasta eléctrica, el precio del kWh bajó casi un 4% lo cual, si el Gobierno congelara el recibo de la luz, implicaría que se recaudaría un 4% más para pagar los costes regulados y disminuir el déficit de tarifa. Lejos de eso, Soria no toca los peajes y saca pecho como si fueran sus decisiones las que han hecho bajar el precio del kWh, ignorando que lleva más de un año bajando. Este exceso, sin embargo, no hará otra cosa que provocar un aumento en el déficit de tarifa. Esto ya lo hicieron otros antes, pero sus osadías fueron anuladas por el Tribunal Supremo. Es decir, más populismo y más de lo mismo.

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