¿Tendrá más margen España para cumplir con los objetivos de déficit que exige la UE? Sin duda alguna, ésta es la pregunta del millón en estos momentos. Desde el Gobierno, cada vez están más convencidos de que al final Bruselas abrirá la mano y de que las reformas puestas en marcha desde Madrid convencerán a los más estrictos dentro del club comunitario de que esta vez sí, España está convencida de la necesidad de enderezar sus cuentas públicas. En los últimos días, han sido numerosos los líderes europeos que se han pronunciado sobre el tema. Algunos han sido más duros que otros. Eso sí, la sensación final es que una cuestión que hasta hace poco era tabú (dar más tiempo a España o Italia para llegar al 3%) vuelve a estar sobre la mesa.
Una de las primeras en salir a la palestra fue, este jueves, la presidenta del
Fondo Monetario Internacional,
Christine Lagarde, que
abogó por dar tiempo a la consolidación fiscal en los países con más problemas como España e incluso llegó a recomendar
dar dos años más a Grecia para hacerlo. Desde Tokio, donde tiene lugar la reunión anual del FMI y el Banco Mundial, la francesa volvió a pedir un poco de flexibilidad al núcleo duro de la Eurozona.
Muchos esperaban la reacción de Berlín a las palabras de Lagarde. Y, por lo escuchado en Tokio, parece que el Gobierno de Angela Merkel mantiene su postura. Este viernes, el Ministro de Finanzas alemán,
Wolfgang Schaeuble respondió directamente a Lagarde y se mostró en contra de dar más tiempo a Grecia. "Hasta que no tengamos el informe de la
troika, no hay que especular", dijo.
Bruselas abre la puerta
En este entorno, la Comisión Europea se ha referido este viernes al debate sobre la posibilidad de relajar de nuevo los objetivos de déficit para España y pese a que ha declarado verlo "altamente especulativo", ha admitido que se podría adaptar a la situación económica actual. Es decir, si se agrava la recesión en la que tanto España como el resto de Europa está inmersa, se podría relajar el cumplimiento del objetivo de déficit. No es mucho, pero parece un pequeño resquicio que da algo de esperanza al Gobierno español.
Hay que recordar que el objetivo que se marcó en un principio el Ejecutivo de Mariano Rajoy fue del 4,5% para más tarde suavizarlo hasta el
6,3%. Los últimos datos dicen que el Estado cerró el mes de agosto con
una desviación acumulada del 4,77% del PIB en términos de Contabilidad Nacional, lo que apunta a un incumplimiento incluso de ese objetivo revisado. En el Gobierno aseguran que la segunda mitad del año será mucho mejor, pero en cualquier caso será complicado llegar al 6,3%.
Por eso, y pese a que todas las fuentes oficiales aseguran que el déficit está "bajo control", lo cierto es que este viernes el ministro de Economía y Competitividad
Luis de Guindos, en Tokio, no ha descartado
la posibilidad de revisar el planteamiento presupuestario de España y ha insistido en que lo importante es
"fijarse en las medidas y no en los resultados nominales". "A principios de noviembre veremos lo que son las nuevas proyecciones de la Comisión Europea, tanto de crecimiento como de déficit público, y a partir de ahí se verá", ha afirmado Luis de Guindos.
En este sentido, el portavoz de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, ha recordado que el Pacto de Estabilidad, "tiene capacidad de adaptación a la evolución de las circunstancias económicas".
Más prórrogas
De hecho, la UE ya ha dado un año de prórroga tanto a España como a Portugal por considerar que los dos países habían realizado un esfuerzo de ajuste estructural "suficiente" y que el empeoramiento de la situación económica hacía que los objetivos de corrección del déficit "ya no fueran apropiados".
Bruselas está examinado en estos momentos las medidas que ha tomado España para corregir el déficit, incluyendo el presupuesto de 2013, y dará su veredicto el 7 de noviembre sobre si son o no suficientes. Para el Ejecutivo comunitario, lo más importante ya no es que España cumpla el objetivo de déficit nominal, 6,3% del PIB este año, algo que podría no lograrse por la profunda ralentización de la actividad económica. En la UE estiman que lo relevante es que se sigan tomando medidas para reducir el déficit estructural (el que importa a medio plazo).
En la Comisión, creen que las medidas aprobadas permitirán reducir ese déficit estructural en 2,7 puntos, tal y como ha pedido el Ecofin. Si se consolida este dato y Bruselas estima que España (y también Portugal o Italia) están trabajando en la buena línea, no sería descartable dar cierta flexibilidad al Gobierno con los objetivos de déficit.