Alberto Recarte ha vuelto este jueves a su cita semanal con los seguidores de Es la Noche de César. El economista y consejero de Libertad Digital ha respondido a las dudas sobre la situación económica que le han planteado los oyentes de esRadio.
- ¿Por qué está tan optimista Alberto Recarte últimamente?
- Lo que no soy es catastrofista. He procurado siempre mirar las cifras. A mí me da la sensación de que una parte sustancial de economistas y contertulios tienen una opinión hecha, pero no se dan cuenta de que algunas de esas cifras se están moviendo y son contrarias al pesimismo. Hay algunas cosas en la economía española terribles, pero otras son especialmente positivas y tienen una importancia que no se valora suficientemente.
Para mí, la más importante es el equilibrio de la balanza por cuenta corriente en el que llevamos desde hace tres meses. Eso quiere decir que España ya no necesita ni un sólo euro para mantener su esquema productivo. Hasta hace tres meses, eso no era financiable y hoy lo es sólo con el ahorro de los españoles. Hoy lo que hay que evitar es que el ahorro de los privados se destine a financiar el déficit de las administraciones públicas. Ese dato positivo es el más importante de lo que está pasando en la economía y creo que, por desconocimiento de lo que significa, no se valora.
Además, el sector financiero español está muy cerca de resolver el problema de solvencia. El test de Oliver Wyman y parte de la base de que la economía se contrae un 6% en los dos años que quedan hasta finales de 2014, cuando el FMI calcula una situación terrorífica y piensa que puede contraerse entre el 3,5% y el 4%. La banca española en seis o doce meses va a tener resuelto su problema de solvencia, algo que no tienen resuelto ni Francia ni Reino Unido, ni en parte Alemania. ¿Por qué no hablar de ello también? Me llama la atención el afán de fustigarse continuamente, pero no es necesario. No se valora lo positivo y es indignante la falta de profesionalidad de mucha gente que se dedica a esto y no se toma la molestia de analizar una parte de estos datos.
- ¿Peligran las pensiones en España? ¿Hay que bajarlas?
- El sistema que hay que es el de reparto y es el que tiene todo el mundo. Hay sólo una decena de países con un sistema de capitalización. Sí, es un sistema piramidal y habría que haberlo cambiado, pero no se ha hecho y ahora ya no se puede.
Yo creo que las pensiones hay que congelarlas y ni siquiera ligarlas a este nuevo IPC sin impuestos. Esta crisis la están pagando todos los trabajadores en activos y los que tienen ahorros: han subido todos los impuestos. Y ese esfuerzo no lo han hecho los pensionistas, que son unos 9 millones de personas, y tampoco los que reciben las subvenciones por desempleo (unos 3 millones y pico de personas). A los 16 millones de personas que están trabajando les han reducido los salarios, les han subido los impuestos, a las empresas les han subido el Impuesto de Sociedades,...
Todo el mundo ha contribuido y los pensionistas también tienen que contribuir. El coste en pensiones es de unos 120.000 millones. Si hay que revisar en dos puntos, estamos hablando de unos 2.500 millones de euros en una paga extraordinaria. Eso significaría no cumplir el objetivo de déficit y lo peor que nos podría pasar a todos, también a los pensionistas, es no cumplir el objetivo de déficit.
Las pensiones están mal calculadas en España. Deberían mandar a los que están trabajando el dato del total de las cotizaciones sociales que han hecho a lo largo de su vida (y lo que han pagado las empresas) y lo compare con lo que van a percibir. A lo mejor resulta que lo que se ha cotizado toda la vida no cubre ni el 50% de lo que se va a recibir. De tocar alguna (y la UE nos va a obligar), habría que congelar las más altas y mantener las más bajas. Todos tenemos que contribuir.
Hemos sido muy generosos, pero no hay dinero para pagar todo y no se pueden subir más los impuestos a las personas que están trabajando. Que el Gobierno reduzca sus gastos, sí, pero eso no es suficiente. En este momento, el conjunto de las administraciones va a recaudar mucho menos. Este año se recaudará 360.000 millones cuando hace cuatro años se estaban recaudando 420.000. Eso no lo cubres sólo con recortes de gastos. Los ingresos van a permanecer constantes en los próximos tres años y teóricamente el gran esfuerzo se va a hacer con la reducción del gasto. Eso sólo se hace si el Gobierno se aprieta el cinturón y si los pensionistas también contribuyen. No se pueden cargar más ajustes sobre la población activa.
- ¿Están las previsiones del FMI grabadas en bronce como decía Luis de Guindos?
- No están grabadas en bronce, yo no me fío del FMI desde hace años. Es un defensor de unas ideas determinadas. Es el organismo que más está incentivando el déficit público y el gasto como si no tuviera influencia a largo plazo. Es el trasunto de Bernanke y la política fiscal norteamericana. El desprecio por el déficit y la deuda como si eso no tuviera influencia a largo plazo. Sus apreciaciones hay que oírlas teniendo en cuenta esos condicionantes. Para el año que viene creo que vamos a estar más cerca del -1%.
- ¿Son fiables las agencias de rating? ¿Son un oligopolio privado?
- Se han equivocado en muchas cosas. En concreto, no han tenido en cuenta que los estados pueden suspender pagos. También se han equivocado en la valoración de los bancos. Ahora están en el lado opuesto y no quieren que nadie les acuse de haber minimizado un riesgo. Hay que ser cuidadoso y atender a lo que dicen, pero no tienen una fiabilidad del 100%. Están volcados en ser negativos.
- ¿Se merece el bono español la calificación que le ha colocado S&P?
- Yo esperaría un poco más, hasta que pasen un par de meses no se puede ver. Yo esperaría a ver si el Gobierno es capaz de cumplir el objetivo de déficit. Si eso lo consigue el Gobierno, esa calificación no lo merece. Porque si lo hace, pasar del 9 al 6% en un año, es admirable en medio de la recesión en la que estamos. Y eso habría que aplaudirlo. Vamos a ver si nosotros somos capaces.
- ¿Por qué Rajoy se alinea con Hollande en lugar de con Merkel?
- Ni yo lo entiendo. Aquí creo que hay una posición estratégica española radicalmente equivocada. Creyó que la manera de obtener ayuda del exterior era asustar a Alemania, presionar públicamente, decir que no está contribuyendo en nada, amenazarle con salirnos del euro y suspender pagos. Eso implica el enfrentamiento con Merkel y acercase a las tesis de Hollande, que son más déficit y más deuda pública. Es un profundo error en política exterior. Es una falta de conocimientos históricos sobre cómo va a reaccionar Alemania a esa presión. En un primer instante pareció que Merkel cedió, aunque en realidad, a pesar de lo que se ha dicho, nunca aceptó la unión bancaria, que es una quimera, que tiene que pasar por el Tribunal Constitucional alemán y necesita de un referéndum porque en la práctica supone cambiar la Constitución alemana.
- ¿Ha hecho bien el Gobierno en aprobar la Tasa Tobin? ¿Qué consecuencias tendrá?
- No es tan importante en España, porque el tipo de transacciones al que se va a aplicar no son tan importantes como hace años. Es una medida muy negativa pero vamos a estar acompañados por el resto de los grandes de Europa Continental. Al que se va a beneficiar es al Reino Unido, cuya principal industria es la industria financiera, porque se van a desviar allí buena parte de las transacciones financieras.