El comunicado conjunto emitido el martes por los gobiernos de Alemania, Holanda y Finlandia, el núcleo duro de la zona euro -países triple A-, ha reabierto un debate que, en realidad, nunca existió: la posibilidad de que el futuro Fondo de rescate europeo (ESM, por sus siglas en inglés) proceda a la recapitalización directa de la banca española. Este aspecto era una de las claves que defendió a ultranza Moncloa cuando solicitó ayuda a Bruselas para sanear el sistema financiero español mediante un préstamo de hasta 100.000 millones de euros.
Efectivamente, uno de los acuerdos políticos alcanzados durante la pasada cumbre europea del 28 y 29 de junio y en el posterior Eurogrupo de julio consistió en la posibilidad de recapitalizar directamente la banca a través del Fondo permanente de rescate. De este modo, el crédito otorgado a España dejaría de contabilizar como deuda pública y las posibles pérdidas de la recapitalización bancaria serían, en teoría, asumidas por los socios del ESM, es decir, por los contribuyentes de todos los países de la Unión Monetaria y no sólo por el Estado español.
Sin embargo, aunque este acuerdo fue vendido por el Gobierno español como un importante logro, ya entonces quedó claro que esa opción estaba rodeada de estrictas condiciones, tal y como avanzó Libre Mercado. Así, la recapitalización directa sólo sería posible bajo una serie de circunstancias muy concretas:
- Sólo cuando entre en funcionamiento el futuro supervisor único europeo a nivel bancario.
- Aún así, una vez creado, la recapitalización directa es sólo una opción, no se realizará de forma ni mecánica ni automática, ya que precisará del visto bueno de todos los socios comunitarios.
- Y, aunque finalmente se lleve a cabo, Alemania insiste en que la responsabilidad última recaerá en el Estado español.
Estas tres condiciones son, precisamente, las que volvieron a reiterar el martes Alemania, Holanda y Finlandia. Así, en su comunicado señala lo siguiente:
El mecanismo europeo de estabilidad puede asumir la responsabilidad directa de los problemas que ocurran bajo la nueva supervisión, pero los activos heredados deben quedar bajo la responsabilidad de las autoridades nacionales.
La mención a los "activos heredados" hace referencia al rescate bancario español e irlandés. Además, el texto añade que la recapitalización directa no será automática una vez se haya creado el supervisor único, ya que deberá contar con la aprobación del organismo gestor del Fondo -es decir, tendrá que contar con el visto bueno de los socios comunitarios-, y tendrá que ir acompañada de un memorándum de entendimiento -nuevas condiciones macroeconómicas y fiscales para el país solicitante-.
El Gobierno español e incluso Bruselas confiaban en que, una vez en funcionamiento el ESM, el dinero destinado al rescate de la banca española dejaría de contabilizarse como deuda pública y las pérdidas que conlleve serían asumidas por el propio Fondo permanente. Ahora, el núcleo duro de la zona euro desmiente nuevamente esta posibilidad. Es decir, el dinero -hasta 100.000 millones de euros- podría seguir siendo contabilizado como deuda pública de España, y las pérdidas sufragadas por el contribuyente español -a mayores del impacto que ello pueda implicar para el déficit público-. Dicho de otro modo, Alemania, Holanda y Finlandia sostienen que España será, en última instancia, el garante del rescate bancario.
¿Conclusión?
No habrá recapitalización directa hasta que exista supervisor bancario único en la zona euro y, aún así, deberá contar con el visto bueno del núcleo duro de la zona euro, algo improbable, al menos por el momento, a la vista del insistente rechazo que siguen mostrando Alemania, Holanda y Finlandia para asumir las pérdidas de la banca española.
De hecho, Klaus Regling, el director del ESM aclaró el martes este aspecto en una conferencia telefónica publicada por Financial Times. Y sus declaraciones aclaran la polémica:
Con respecto a la recapitalización bancaria, es nuestra opinión (basada en el artículo 19 del Tratado del ESM) que sería posible sin un cambio en el Tratado, por decisión unánime de la Junta de Gobernadores. Sabemos que los gobernadores no harían esto sin el apoyo de sus respectivos parlamentos. Algunos juristas sostienen incluso que sería necesario modificar el Tratado [del Fondo de rescate].
"Decisión unánime". Es decir, la recapitalización directa de la banca española dependerá de la aprobación de todos los socios comunitarios de la zona euro. Algo que incluso admite Bruselas. La Comisión Europea ha reconocido este miércoles que el acuerdo alcanzado por los líderes europeos en junio no es claro acerca de la recapitalización directa de la banca y que la decisión final corresponderá al Eurogrupo -Alemania, Holanda y Finlandia inclusive-. "Lo que se dijo sigue siendo cierto", ha asegurado el portavoz de Asuntos Económicos, Oliver Bailly. "Hay algunos elementos que han sido definidos por los jefes de Estado y de Gobierno. El resto debe ser definido por el grupo de trabajo del Eurogrupo. Esta discusión está en marcha".
Regling también aclara que, en ningún caso, España podrá emplear el dinero del rescate bancario para comprar deuda pública, tal y como pretendía el Gobierno de Rajoy. "El Memorando no permite ningún otro uso" más allá del rescate bancario. Si sobra dinero y España quiere emplearlo para comprar deuda tendrá que firmar "un nuevo Memorando de Entendimiento" y, por tanto, aceptar nuevas condiciones.
Por último, señala que "la financiación para la recapitalización de la banca española adoptará en general la forma de bonos del fondo europeo de estabilidad financiera (EFSF) o del mecanismo europeo de estabilidad (MEDE) que se concederán al FROB". Y que si España acaba consumiendo la totalidad del rescate bancario, en el fondo de rescate permanente sólo quedarán 400.000 millones de euros de los 500.000 iniciales, señala Regling.