La auditora Deloitte ha avalado las cuentas del primer semestre de Banco Financiero y de Ahorro (BFA) y de su filial Bankia, periodo en el que perdieron 5.161 y 4.454 millones, respectivamente, y en el que José Ignacio Goirigolzarri tomó las riendas de la entidad tras la dimisión de Rodrigo Rato.
Según los informes de auditoría enviados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), las cuentas presentadas por el nuevo equipo son acordes a las normas contables y "se han elaborado adecuadamente".
Esta afirmación tiene especial importancia porque a principios de año Deloitte presentó salvedades para aprobar los resultados de 2011 de BFA y de su filial Bankia, en los que esta entidad supuestamente había ganado 309 millones en 2011 y que, posteriormente, con la reformulación de las cuentas se convirtieron en unas pérdidas de 2.979 millones.
Los informes de la auditora, publicados hoy, recuerdan que las nuevas provisiones para sanear el riesgo inmobiliario suponen para el grupo 5.609 millones, de los que quedan por atesorar 2.894 millones (2.685 millones sólo a BFA), además de 1.925 millones como colchón de capital principal (2.767 millones a BFA).
Plan de recapitalización
En cuanto al plan de recapitalización de Bankia, por el que el grupo pidió 19.000 millones al Estado, Deloitte señala que está pendiente de aprobación por parte de las autoridades competentes y añade que la creación del banco malo podría modificar esa cantidad.
"No se conoce a la fecha actual el impacto que esta nueva normativa tendrá para el grupo", resume el auditor, que destaca la necesidad de que BFA-Bankia cuente con apoyo para que se elimine cualquier incertidumbre relativa a su plan de recapitalización.
En dicho plan se cuenta con la recuperación de activos fiscales diferidos consolidados, que ascienden a 9.488 millones en el caso de BFA, y a 8.557 millones para Bankia al cierre del primer semestre, superiores a los cerca de 6.000 millones a los que ascendían en diciembre de 2011 para esta entidad.