El número de empresarios y familias de rentas altas que han tenido que afrontar un proceso de embargo o desahucio de sus bienes se ha incrementado "masivamente" en un 200% durante los primeros seis meses del año debido a la crisis económica que ha favorecido la disminución de la actividad empresarial y la pérdida de puestos de trabajo.
En un comunicado, la Asociación de afectados por embargos y subastas (Afes) ha alertado este lunes de que las familias de alto nivel adquisitivo, en su mayoría propietarias o familiares de empresarios, se han visto también arrastradas por la pésima coyuntura empresarial y la pérdida de puestos de trabajo.
"Las familias de rentas más altas han podido resistir la pérdida de empleo de uno o más miembros de la familia durante algún tiempo gracias a su solvencia económica o venta de propiedades, pero el tiempo ha acabado agotando sus recursos y ante la imposibilidad de seguir estirando el presupuesto, ahora encuentran problemas para seguir adelante", apostillan desde Afes.
Asimismo, la asociación reconoce que los dueños de los negocio autónomos decidieron hipotecar y avalar operaciones de refinanciación con su propia vivienda, además de con sus bienes personales con el propósito de alejar a su sociedad de la crisis. Sin embargo, la Afes añade que la adversa coyuntura financiera se llevó "definitivamente" sus negocios y por lo tanto también sus viviendas, de modo que se han visto ante la tesitura de tener que enfrentarse a un proceso para el que dicen "no estaban preparados".
A renglón seguido, Afes enumera otros ejemplos de ejecución presupuestaria, como la población inmigrante que "fueron el colectivo que perdió antes su empleo" afectados por "una situación de desarraigo".
La organización apunta que también las ejecuciones hipotecarias se cebaron con las familias de nacionalidad española, jóvenes de entre 35 y 45 años, sin más propiedad que su primera vivienda y generalmente con niños pequeños. "La crisis se llevó por delante uno ó dos de los salarios que llegaban a casa", remacha.
Por último, las ejecuciones siguieron con la figura del avalista, "una de las más perjudicadas por el azote de la mora hipotecaria". Para Afes son padres que avalaron a hijos que no han podido hacer frente a la hipoteca y que, cuando este hecho se ha producido, ven peligrar sus pensiones y propiedades para pagar un préstamo que nunca les reportó nada.